La vida es un largo sendero de encuentros y reencuentros, aprendizajes y tropiezos, despertares y recuerdos de lo que verdaderamente es vivir. En una de las etapas de ese camino, hace justo un año, conocimos el Proyecto O Couso y sentimos un "flechazo". Que nos pasara a los cinco a la vez no es nada fácil, y no quisimos ilusionarnos mucho: ya sabemos de los caprichos de Cupido, y muchos de los que auguraban amores para toda la vida se quedaron en amores eternos mientras duraron. Sin embargo con O Couso, no parece haber sucedido lo mismo.
Hemos regresado un año después, y ese primer enamoramiento de un proyecto, de una idea, de una ilusión colectiva y de las gentes bonitas que participaban en él, se ha consolidado dentro de nosotros.
El proyecto, en su vertiente física se ha reforzado notablemente: hay una zona de la casa del siglo XVI ya con techos nuevos tras la exitosa campaña de crowdfunding, y dos amplísimas habitaciones sirven de alojamiento en caso de que coincidan muchos visitantes a acoger. Ambas habitaciones y la ermita disponen de cerramientos nuevos, y ello mejora la conservación de la temperatura. Ya se dispone de una cocina a cubierto y equipada, y de agua de pozo junto a la cocina. El aseo no es de Roca ni de Porcelanosa, pero tiene una nueva estructura de madera que nos ha resultado todo un lujo a los pioneros que visitamos O Couso el pasado año. En breve, incluso, se dispondrá de horno gracias a los esmeros de nuestro querido Luis, "el polaco" .
Sin embargo, es la vertiente humana la que consolida nuestra unión con el proyecto: sean gentes ya conocidas y que hemos provocado el reencuentro, o sean gentes nuevas, se genera allí un mágico sentimiento de hermandad, complicidad y fraternidad, donde las almas se exhiben al desnudo en la esencia de lo que es la Vida con mayúsculas. Las ruedas de conciencia y de sabiduría en las que se refuerza el compartir interior, ayudan sin duda a ello. Y eso hace que el enamoramiento se convierta en amor verdadero, voluntario y duradero.
No nos vemos viviendo por ahora de continuo en O Couso, pero sí nos sentimos "ocouseros" y parte de un proyecto que nos da fuerzas y energías para vivir "otro mundo" allí donde nos toque vivir. Y sin duda estamos dispuestos a aportar nuestra energía también para lo que O Couso necesite. De hecho, durante nuestra estancia tomó forma la posibilidad de crear un amplio grupo de "ocouseros" que, habiendo estado allí o no, se sientan cómplices de esta aventura y quieran respaldar esta bella utopía y hacerla realidad con una insignificante aportación de 1€ al mes a través de Teaming. Lo importante no es la cantidad que aporte cada uno, sino como con O Couso, que seamos muchos los que estemos dispuestos a sumar nuestros esfuerzos por hacer de este mundo bueno, un mundo mejor. Si te apetece, estás más que invitado/a también.
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