sábado, 20 de julio de 2019

Incendios mentales

Ayer era nuestro primer día de vacaciones. Samuel ya lleva unos días en Bélgica, y se le ve emocionado con su campamento. Pero nosotros, empezábamos ayer nuestra aventura pirenaica en Andorra, tras dos días de coche y mil cien kilómetros recorridos. Hemos incorporado un nuevo fichaje a nuestro periplo anual: la novia de Pablo. Está claro que dentro de poco nuestro siete plazas se nos quedará pequeño si queremos seguir haciendo "piña" en familia para estas escapadas veraniegas, sagradas para todos nosotros.
Queríamos madrugar pero fue imposible. Para eso son las vacaciones: para darle de vez en cuando "cuartelillo" al cuerpo. La montaña y los lagos no se iban a escapar si salíamos este primer día un par de horas más tarde. Y de hecho, hablando con una familia de Zaragoza, pudimos incluso empalmar dos excursiones preciosas. Lagos idílicos, chapuzón en las heladas aguas para las dos más jóvenes del equipo, e incluso avistamiento de decenas de salamandras en uno de los lagos, toda una rareza hoy día. Comimos y siesteamos en el Estany da la Cabana Sorda, un paraíso para los cinco sentidos. E iniciamos el regreso a media tarde, haciendo bromas con los "walkie talkies".
Pero de repente todo se nubló. No. El sol aún brillaba en todo lo alto. Seguía haciendo una temperatura envidiable. Pero surgió una frase. Una simple frase, que no preocupó a Mey en cuanto a sus consecuencias, pero que a mí me removió al instante: "Creo que me he dejado encendido el fuego al máximo con los garbanzos". Habíamos salido del apartamento siete horas antes. Y en ese margen daba tiempo a que el agua de los garbanzos se consumiera, y se generase todo un caos en la cocina. Al instante todo cobró sentido en mi cabeza. Esas ocho insistentes llamadas que desatendí a las 3 de la tarde no eran la típica publicidad que siempre nos bombardea a esas horas bajo números desconocidos: era la señal de alarma desde la recepción de los apartamentos. Y aquel ruidoso helicóptero que nos sobrevoló pocos minutos después recogiendo agua de uno de los lagos, quizás tenía algo que ver con un posible incendio en el apartamento. La imaginación se disparó al instante. Humo, llamas, bomberos...Y mentalmente ya empecé a hacer recuento de daños. El ordenador de Pablo con todos sus trabajos de Italia rápidamente se convirtió en la prioridad.
Puse el turbo. Ni dolor de rodilla ni rozaduras en el pie. Había que llegar al coche cuanto antes. Respiré hondo y evité exteriorizar mi preocupación. Años antes quizás habría habido incluso reproches y malos modos. Menos mal que algo vamos aprendiendo. Salí disparado. Y como en el Tour de Francia, el pelotón salió también despedido en persecución del escapado. Los dolores provocados por los kilómetros andados en el primer día había que dejarlos para mejor momento. Ahora tocaba llegar cuando antes, y tratar de resolver lo que fuera posible ya a estas alturas del día. Pasamos de largo como una exhalación por aquellos idílicos lagos, por aquellas auténticas estampas de "photoshop", y por las salamandras a las que habíamos contemplado poco antes. Era sorprendente cómo una simple frase, un simple presentimiento, había cambiado tan radicalmente esa realidad tan gozosa que había disfrutado pocas horas antes.
Hicimos en apenas una hora un recorido que normalmente se hace en tres. Y al llegar al coche el plan quedó trazado: Mey y yo subiríamos al apartamento, y dependiendo de cómo estuviese la cosa, decidiríamos qué hacer. Pero al llegar no vimos humo. Me sorprendió poder usar el ascensor, respecto a la posible entrada de los bomberos. En el pasillo del apartamento no olía raro, ni se presagiaba ninguna catástrofe. Y al llegar a la cocina, los garbanzos estaban tan "panchos", "más fríos que un polo". Falsa alarma. Resoplidos de alivio y de pura extenuación. Llegamos al coche bajo aplausos y risas de los niños. Mejor así. Aunque el aprendizaje es claro. ¿Cuántas veces la vida nos hace andar rumiando preocupaciones, malas noticias o disgustos que en muchas ocasiones ni siquiera son reales, y quedan en puro humo mental? Lo de hoy fue de manual. Tendré que recordarlo para la próxima.


NOTA: Os compartimos el balance económico de algunos de los proyectos solidarios que impulsamos gracias a los granitos de arena de muchos de vosotr@s, así como las distintas vías que empleamos para ello (por si algun@ se anima a unirse ;) )

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