miércoles, 1 de octubre de 2014

Nuestros hijos: ¿dentro o fuera del sistema?

Hace unos días, yendo los cinco en el coche, tuvimos quizás una de las conversaciones más determinantes en la vida de nuestros tres hijos. Fuimos muy transparentes con ellos. Nos estamos planteando muy en serio que a final de curso abandonen el colegio o el instituto, y durante algún tiempo, educarles en casa o viajar por el mundo con ellos. Es algo que les llevamos planteando desde hace tiempo, pero a los dos mayores les entró el pánico.
A cualquiera de nuestros amigos o familiares que esté leyendo esto, quizás le pueda parecer una aberración que saquemos del sistema a unos niños con las notas que sacan los nuestros, compaginándolo además con el violín, piano o flauta travesera según cada caso, y además practicando cada uno su deporte correspondiente. ¿Tan hippies o snobs somos?
Para nosotros no es cuestión de que sus resultados o su adaptación a la escuela esté por encima de la media. Es cuestión de que no creemos en esta escuela. Ya en otro post hablamos de ello, aunque son muchos los "por qué": porque está pensado para competir en el mercado laboral y no para ser felices; porque está basado en la repetición reiterada de conceptos a lo largo de los años avanzando sólo milímetros de un curso para otro; porque no desarrolla el pensamiento crítico sino el "aborregamiento"; porque no despierta la creatividad ni atiende a la peculiaridad de cada uno, sino que los trata a todos iguales como en una cadena de producción; porque con demasiada frecuencia se convierte en un espacio de adoctrinamiento, como se evidencia en los intereses políticos tras cada reforma educativa; porque salvo honrosas excepciones, el profesorado traslada su mediocridad a su alumnado, no por culpa propia, sino porque está también educado en ese mismo sistema, que les impone además una burocracia de la que es muy difícil escapar; porque los propios padres ven a la escuela como un lugar donde "aparcan" a sus hijos, delegando totalmente la educación en el profesor, cuando el principal espacio de educación nunca debería dejar de ser la familia; etc, etc, etc
Desde hace años, estas y otras muchas razones nos han llevado a discusiones con profesores, y a tomar partido en la asociación de madres y padres, tratando de impulsar una educación distintas desde ahí... Al final dimisión al sentir que nuestra posición era no ya minoritaria sino casi única, y por lo tanto no representativa...
Tenemos varias parejas cercanas y de amigos que sí se han salido del camino "habitual": alguna de ellas ha optado por la escuela rural, donde sin duda, se experimentan cambios; otra educa a sus hijos en casa y les buscan clases p.ej. de baile y artes marciales; y otras dos han optado porque la mejor escuela sea el mundo, y viajan continuamente aprendiendo de todo lo que viven a su paso. Hablándolo con estas parejas, la alternativa es clara: en casa y en familia, tú priorizas y personalizas la educación y los valores que les transmites a tus hijos, pero con un coste: su socialización se ve afectada claramente, y en algunos de esos casos, los niños se sienten algo solos y con necesidad de amigos, salvo que entren en un desenfreno de actividades extraescolares.
Si no hemos optado antes por alguna de estas opciones de nuestros amigos, es precisamente por eso: porque nuestros hijos son extremadamente sociables, y preferíamos una labor de contra-programación de lo que aprendían en el "cole" que no nos gustaba, con tal de que pudieran mantener unos círculos de amigos que también les enriquecen. Pero se van haciendo mayores, y empiezan a aparecer tics, que nos preocupan, y que son incompatibles con nuestra visión como familia: malos modos y actitud de confrontación, ausencia de disponibilidad e iniciativa para "arrimar el hombro" en casa, preocupación por el "qué dirán", obsesión por las marcas o las pantallas, falta de generosidad...
La contra-programación se hace cada vez más ardua y difícil por su energía y capacidad de argumentación. Y de ahí que hayamos expuesto abiertamente nuestra preocupación, y la toma de decisión como familia. No como castigo, sino como una decisión importante que debemos tomar, teniendo en cuenta sus pros y contras. Ellos conocen bien lo que opinamos de este sistema educativo, y saben que estamos dispuestos a corregir en casa lo que se pueda de él. De hecho ya estamos viendo vías de homologación y apoyo como WRA o CLONLARA. Si ellos no hacen el esfuerzo para filtrar lo nocivo de ese sistema a la luz de los valores de casa, y tratan de reproducir lo que ven en sus amigos y profesores sin ningún espíritu crítico y de construcción de alternativas, no tendremos más remedio que "coger el petate". Nuestras circunstancias laborales cada vez son más propicias para ello. Y cada vez nos atan menos cosas a cualquier lugar o forma de vida. Cuando han estado en entornos propicios como O Couso o conviviendo en casa con nuestro amigo peruano, no sólo no aparecieron nunca esos tics, sino que sacaron lo mejor de sí mismos. Es momento de optar. La decisión es importante.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Una cigüeña no nos hace padres

A veces nos es fácil llevarse bien con la familia. Y los amigos de verdad suelen estar fuera de ella. Mi primo y su mujer son una excepción. Los consideramos de nuestro círculo más íntimo. Y probablemente, si nos pasara algo a mi mujer y a mí, serían de los pocos a los que confiaría la custodia de mis hijos sin pestañear. No hay mucha gente de la que pueda decir eso, la verdad.
Precisamente por esa cercanía, me he decidido a dar el paso de contar su historia de los últimos meses. A pesar de su vocación por crear una familia y tener hijos, hace 2-3 años, a ella le diagnosticaron una grave enfermedad, por la que entró en el hospital con un dolor en el vientre y salió con un riñón menos y muchas manchas en el pulmón y otros órganos. Muchas visitas médicas.
Mucho desconcierto ante una enfermedad casi desconocida. Y un diagnóstico final: si se quedaba embarazada, las hormonas del embarazo multiplicarían la evolución de la enfermedad y su vida corría serio peligro. Muchas y muchas lágrimas. Muchísimas. Justo cuando querían ser padres...
Este fin de semana hemos estado en Sevilla con ellos. Con ellos y con su bebé. Mis niños no se querían despegar de ella. Sí, porque las lágrimas les dieron claridad en la visión. Y no estaban dispuestos a renunciar a su enorme vocación como pareja. Se pusieron en marcha. Y tras tantear muchas opciones, optaron por la maternidad subrogada. Por ella, una chica iba a albergar durante 9 meses el embrión de su futuro bebé a miles de kilómetros. Y acaban de aterrizar.
No conocía mucho de esta opción, pero la cercanía con ellos me ha hecho descubrir una realidad desconcertante: esa opción no está contemplada en la legislación española, y en los últimos meses ha habido titubeos legales y judiciales para impedir incluso la inscripción de esos niños como hijos de sus padres, aunque la gestación y el proceso jurídico se desarrolle en otros países. Y a eso se une el rechazo de la Iglesia e incluso la perplejidad del mundillo de las "constelaciones familiares"...Y qué decir del poder del "qué dirán", que aquí en España, pesa muchísimo. Está claro: si no pasas por la cigüeña, no eres padre ni para "Papá Estado" ni para "Mamá Iglesia"... ¡Y a ver qué dicen los vecinos! ¡Es imprescindible seguir el protocolo oficial! Y no exagero: mi primo se está encontrando con serias dificultades para disfrutar de su permiso de paternidad: es evidente que una niña que ha venido al mundo de una forma tan poco ortodoxa, no pide comer a las 4 de la mañana, no provoca cansancio, ni necesita el amor de sus padres en los primeros meses de vida, como el resto de los bebés.
Yo, la verdad, viendo el amor que han desparramado todos estos meses para tener a ese bebé en su hogar, la de obstáculos, papeleos y dificultades que han superado, y la felicidad que tienen ahora, lo tengo cada vez más claro:
-"Una cigueña no nos hace padres". Es decir: seguir el "protocolo" habitual para engendrar a un niño, no nos hace padres (¡cuántos hijos engendrados de forma "normal" viven en familias que no lo son, y sin embargo están revestidos de todos los parabienes oficiales)
-"Se puede ser padres, sin que sea la cigüeña la que nos traiga el bebé": una verdad como una catedral, viendo el caso de mi primo y su mujer.
Casos como este, me hacen cada vez alejarme más de dogmas, gurús, doctrinas oficiales, y normas al uso. La única verdad es el AMOR. Y el mundo de las formas, o del procedimiento que se siga, es una auténtica mentira. ¡Y cuánta importancia le damos, desgraciadamente!
Durante bastante tiempo mi perfil de whatsapp tenía la frase: "No importa el QUÉ, sino el CÓMO". Muchos no la entendieron. Pero va precisamente de eso: no importa si hemos seguido o no el procedimiento habitual u oficial, o si actuamos de una u otra forma. Tan sólo importa cómo lo hagamos, y cuánto amor desparramemos por el camino.
Incluso  respecto a la gestante, he descubierto una realidad alucinante. Frente a los que critican a estas "madres de alquiler que venden su maternidad por dinero", lo que hemos conocido nosotros ha sido la realidad de una chica totalmente normalizada, que ya tenía 3 hijos propios, y que en base a sus maravillosos embarazos anteriores quería ofrecer el regalo de un bebé a familias que no podían tenerlo. Hay gente con vocación hacia el prójimo que se va de misiones. Kim ha optado por dar esperanza mediante un embarazo a personas que no pueden tenerlo. Y ha desparramado todo el  amor del mundo en ello. ¡Cómo lo ha ido viviendo con sus hijos este embarazo para ubicar desde el principio a esa niña en otra familia!. ¡Cómo les ha ido transmitiendo a mi primo y su mujer todos los pequeños detalles del embarazo para que lo vivieran con ella! ¡Qué dulzura en los regalos que les ha hecho tras el parto!...Pero lo más impresionante, como en las películas, suelen ser los finales. Y el momento del parto lo ha sido: tras 12 horas de dilatación, y cuando la niña estaba a punto de salir, los médicos atisbaron posibles complicaciones y aconsejaron cesárea. Hablamos de operar su cuerpo, y dejarle una cicatriz de por vida, y  probablemente cerrar para siempre su potencial como madre, tras 4 embarazos. Sin embargo ella, en todo momento, sólo pensó en la niña y en sus padres. ¡E incluso pidió perdón por "haberles fallado" justo en el momento final! ¡Cuando, lógicamente, quien no sufre nada en una cesárea es la niña, y quien se queda con las secuelas de la intervención quirúrgica es la gestante.... ! Impresionante.
Lo tengo claro: AMOR, AMOR y AMOR. Ese es el único criterio...
Corren tiempos difíciles. Amar es urgente.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Enseñanzas de mi fontanero

Ayer conocí a mi fontanero. Quizás alguien pueda pensar exagerado que en tan poco tiempo pueda considerarlo así. Y no es que no hayan pasado más fontaneros por mi vida, con tanta mudanza. Pero cada vez es más frecuente sintonizar con personas a las que acabo de conocer, y tener la certeza de que van a ser parte de mi círculo. Cuando tenía 15 años ya me pasó con mi mujer: tuve entonces la certeza que seríamos íntimos...quizás no almas gemelas o compañeros de un viaje tan importante como el que estamos viviendo, pero sí que tenía ante mí a alguien clave en mi vida. Y me sigue pasando con gente, como la que he conocido en O Couso, con la que, a pesar de haber compartido sólo 5 días, tengo una conexión muy especial, inédita con gente con la que comparto años. Quizás cosas de las energías, o de las vibraciones. No sé.
Lo cierto es que mi fontanero no es un gurú del yoga kundalini, ni lleva la cabeza rapada, ni una túnica blanca. Pero los 10 minutos que pasó ayer en casa estuvieron cargados de profunda enseñanza. Nos habíamos quedado sin agua caliente el día anterior. Una amiga nos aconsejó sus servicios y acudió rápido a nuestra llamada. Debo reconocer que cuando se presentó con tan sólo una llave inglesa en la mano, no me dio "buena espina". Me pareció poco profesional o algo improvisado. Malos hábitos y prejuicios de esta sociedad de consumo tan superficial y llena de apariencias. Cuando vi el manejo que tenía con el calentador, me dí cuenta claramente que el hombre sabía lo que tenía entre manos. Trasteando distintas tuberías, el conducto del gas y la placa electrónica, su diagnóstico fue tan rápido como certero: la placa electrónica estaba dañada. Hizo una llamada y enseguida teníamos el castigo sobre la mesa: 115€ si queríamos cambiar la placa, y 270€ si preferíamos cambiar todo el calentador. Desde una perspectiva comercial, estábamos totalmente "a tiro". Con la llegada del fresquete del otoño, y con 3 niños en casa, si nos hubiera pedido el doble de esas cantidades, sin duda las hubiéramos aceptado, y dando gracias. Pero no nos pidió ninguna de esas cantidades. Se limitó a informarnos de los costes, tras llamar a la tienda proveedora. Pero inmediatamente nos dio su consejo: pegar el botón de la placa electrónica para que se quedase pulsado. Ya lo había hecho con otros muchos calentadores, y personas con el mismo problema, ya llevaban 2 años con su botoncito pegado, y si ningún problema. ¡No me podía creer, que el hombre nos estuviera dando una receta tan sencilla y que efectivamente funcionara! Lo probamos e iba "de lujo". No cabía de asombro. Pero todavía menos, cuando el hombre se despedía diciendo que no había sido nada, y que la visita era sin coste. ¡¡¿¿Cómo??!! ¿Me lo repite? Podría habernos clavado 300€ sin problema, y le habríamos agradecido sin duda sus servicios, y sin embargo se marchaba con el problema resuelto y sin cobrar un duro. Tras insistirle, al menos consintió en llevarse una garrafa de aceitunas de unos buenos amigos. ¡Qué menos que algo de economía de trueque!
Quizás fuera una estrategia comercial. No lo sé. Pero ¿a quién voy a llamar la próxima vez que tenga un problema de fontanería? ¿A quién voy a aconsejar cuando alguien me hable de una fuga de agua? A mi fontanero, sin duda.
Está claro: CUANTO MÁS DAS, MÁS RECIBES. Mi fontanero lo sabe. El Universo también. Hoy me he duchado con agua caliente.

martes, 9 de septiembre de 2014

Preadolescencia

Educar es, sin duda, la responsabilidad más dura a la que nos hemos enfrentado. No hay reto ni meta que se le compare. Nosotros, con nuestros 3 hijos, llenos de energía, bien lo sabemos. No se trata de "enseñar", sino de "acompañar" con una mochila muy ligera en la que nuestro único peso es ese plus de experiencia que podamos tener. Y hay muchos momento de alegría, satisfacción por los logros y disfrute compartido. Pero también hay momentos de dudas, zozobra y sensación de vértigo.

En la actual preadolescencia de nuestros dos hijos mayores hay ahora bastantes de éstos últimos. Momentos en los que la presión del grupo tiende a anular o eclipsar sus dones y talentos. Momentos en los que la frontera entre el mundo infantil y el de los adultos se diluye y se convierte en explosiva. Momentos en los que el cruce de caminos les obliga a optar o por una vida llena de búsqueda, superación alegre de obstáculos y aprendizaje continuo, o por una vida de mimetizaje con la masa. Momentos en los que apetece abandonarlo todo y rendirse... 

Esos momentos, para los hijos y también para los padres, son más que duros... y me temo que inevitables. Forman parte de la evolución humana, en la que nos toca decidir el camino a seguir como adultos. Lágrimas, a veces gritos, de vez en cuando portazos, malas caras, hormonas descontroladas....Mejor eso que adultos frustrados, zombies urbanos, y borregos adiestrados....¡Es lo que toca! ¡Y no cabe la rendición! Hay que estar ahí y acompañar, acompañar y acompañar. Hablar, hablar y hablar... A veces, llevando su mochila...pero muy poco rato, porque ya sabemos que nuestra obligación de padres no es protegerlos, sino ayudarles a volar. Dudando a veces si vale la pena enviarlos al colegio o instituto de turno, o si sería más fácil educarlos en casa por libre, para no estar en permanente contra-programación. Dudando en si quizás lo que más les formaría ahora sería viajar, simplemente viajar y conocer mundo...

En esas estamos. Buscando momentos mágicos donde la fina lluvia de nuestra experiencia pueda calar en sus corazones. No para condicionarles, sino para animarles a remontar el río turbulento de las modas, del consumismo, de la mediocridad, y del borreguismo imperante... 

Ahí va un regalo del rap final de la película "Verbo", todo un poema urbano que ojalá se convierta en hoja de ruta para mis hijos, y que junto a "La vida secreta de Walter Mitty", nos ha propiciado últimamente alguno de esos momentos mágicos en los que nos "arremolinamos" en el sofá y hablamos de opciones de vida, de encrucijadas de caminos, de ilusiones y sueños rotos, de frustraciones y de luchas internas.

VERBO

"Al principio fue la palabra 
esa energía que guía tu voz si hablas,
igual que un arma que se activa entre tus labios 
alejándote del lodo y de ese ahogo solitario. 
Somos puzzles incompletos 
esqueletos vagando histéricos 
mientras nuestro silencio se expande y hiere 
Así el aspecto muere triste y famélico 
viendo que nada cambia 
que la rabia duerme tras la tráquea, 
siempre anclada en ese miedo que provoca arcadas 
Pensando tanto, diciendo nada 
Sintiendo cada mirada minada por la costumbre 
Seca con la escasez por la sed de deseos que no se cumplen 
Abre tu conciencia y mira en las paredes 
Dirán que puedes ser tu mismo, sin fijarte en otro seres 
Y ser viento entre desiertos de cemento 
Sabiendo que quien te rodea ya no te moldea 
Haciendo que todos crean cuando vean que luchas por lo que quieres 
Tú dices, tu haces, tu creces, tu sientes porque eres.....verbo 

La prueba de que existes con un grito eterno, 
la voz que nace y te hace atravesar el tiempo, 
la esencia que te diferencia y te hace brillar, 
el arma que une metas y recuerdos , verbo 
Demasiado cielo para tan pocas alas, 
demasiado tiempo a solas, 
demasiadas balas para esquivarlas todas, 
demasiada oscuridad para moverte. 
Demasiada vida, para echarla a suertes con la muerte. 
Por eso actúa y convierte en cierto lo imposible 
Te atan a acontecimientos pero el pensamiento es libre
Capaz de liquidar al lado oscuro que te absorbe, 
ese enorme ser deforme que habita entre el caos y el orden, 
que marchita tu interior y lo revuelve, 
entre marmitas de sigilos donde sentimientos hierven.
No más silencio si nos queman, 
no mas ojos hacia el suelo que envenenan, 
no mas penas de aguas negras en tu venas que ciegan cada mañana.
Tú hablas, tu buscas,tu amas,tu ganas, porque tu te llamas.....verbo 

Sé tu el cambio que quieres ver en el mundo. 
Sé ese rayo que cayo y que retumbó en lo mas profundo 
Juntos tú y tu voz como una luz incandescente. 
Juntos tu y tu voz cuando nadie te defiende. 
Cuando el resto no comprende que eres especial 
y que no caes en la espiral superficial que arrastra a otros 
¿Cuál de aquellos rostros no echara a perder su vida? 
Gírate y mira tantos se ahogan y no respiran 
oscilan en precipicios de edificios y ven 
que la inercia y el vicio les dejo tan lejos del Eden 
Pero quien tiene la formula y desata 
la trémula red de esa tarántula de la que nadie escapa 
Así que ¡saca de una vez por todas tu pasión, tu furia! 
Pasa a la acción arrinconando a la penuria 
y recuerda que cada emoción muere cuando se esconde 
Tu luchas, tu vuelas, tu sabes, tu puedes 
Tu nombre es la prueba de que existes con un grito eterno, 
la voz que nace y te hace atravesar el tiempo, 
la esencia que te diferencia y te hace brillar, 
el arma que une metas y recuerdos 
Tú tienes el mas grande poder que nos fue dado 
la palabra que libera afectos encadenados 
el don de poder ser alguien dentro de un silencio enfermo 
que te atrapa para hacer de ti su siervo.
Atrévete a cambiar
tu mundo.

viernes, 5 de septiembre de 2014

¿Existen de verdad las malas noticias o las injusticias?

"¡Menuda pregunta estúpida!", pensarán muchos...¡Pues claro que existen! ¡Y de qué manera! Basta con arrimar el oído a la barra de un bar, o echarle un vistazo al telediario...Pero, ¿en qué media esas circunstancias pueden permitir adentrarnos en territorios insospechados, que antes de tal noticia o injusticia, ni se nos habrían ocurrido?
La primera vez que escuché este razonamiento fue a Emilio Carrillo dando gracias por la fractura en la pierna y posterior coma, que estuvo a punto de llevárselo a la tumba, y que por contra, le facilitó el camino para iniciar la vida de sencillez, meditación y difusión de su saber que lleva ahora.
Pero hace unos días nos hacían la misma reflexión unos amigos, J. y M.,  sobre los que escribimos no hace mucho un post. No podía dar crédito a lo que escuchaba. ¡Después de la "pedazo" de injusticia que se había cometido con ellos, daban las gracias por tal injusticia, como hacía meses había escuchado en persona, también, a Emilio! Sin embargo, el razonamiento no podía ser más consecuente con el verdadero sentido de nuestra vida.  Y eso que la injusticia del caso lo era sin paliativos. Tanto lo era, que al cabo de los meses, la Administración había tenido que dar marcha atrás ante semejante "tropelía"...Y cualquiera habría pensado: "¡claro!, pero el daño ya estaba hecho". Habían tenido que huir a la sierra, y el esquema de una vida "normalizada" de trabajo, hipoteca, ciudad, coche, supermercado...se había roto. Como con tantas y tantas "malas noticias" en los últimos meses. Como con tantas y tantas "injusticias". Sin embargo, nuestros amigos han sabido leer en esos aparentes renglones torcidos con los que a veces escribe la Vida o el Universo...
Lo tengo claro tras verles este fin de semana llenos de vitalidad, de alegría, de energía, de salud, de proyectos en mente, rodeados de plantas, de animales, de ancianos campesinos que no abandonaron la tierra con los que comparten experiencias sin la tiranía del reloj....Cuando a veces cuesta tomar decisiones, la vida las toma por nosotros...Y a veces las aparentes malas noticias o las injusticias, traen ese regalo debajo del brazo...Quizás debamos estar atentos a lo que nos quieren decir. Mis amigos lo tienen claro: ¡ya no hay quien les mueva de su paraíso en plena sierra!

domingo, 17 de agosto de 2014

Un mundo diferente es posible: O Couso

En marzo de 2012 empezamos a hacer pública nuestra búsqueda como familia de un mundo mejor para vivir, a través del presente blog. La búsqueda es intensa, pero en los últimos meses apenas hemos publicado nada: casi todo estaba dicho en esa búsqueda, y nada nuevo de relevancia había sucedido. Entendíamos que era mejor callar. Sin embargo, hemos encontrado una piedra preciosa en ese camino de búsqueda. Y sin duda  merece la pena compartir la experiencia.
De forma similar a como hicimos el año pasado, queríamos aprovechar nuestra visita anual a la bisabuela francesa para tener contacto con iniciativas y proyectos que pudieran aliviar nuestra sed de búsqueda. La de este año no sólo nos ha saciado, sino que ha superado nuestras expectativas. De hecho, probablemente, si no se encontrase a 1.020 km de nuestro hogar actual, sin duda nos "lanzaríamos al monte" (nunca mejor dicho). Y aún así....¿quién sabe? Nuestro hogar está donde nos sentimos familia. Y sin duda, por primera vez, y a diferencia de tantos proyectos en los que nos sentimos colaboradores, en O Couso nos sentimos parte de la comunidad y familia.
Si alguien nos pregunta cuál es la fórmula que hace tan especial la experiencia, quizás no pueda creerse su extrema sencillez: media hora de meditación en silencio a primera hora de la mañana en su pequeña ermita reconstruida a la luz de las velas, comida vegetariana, dos círculos de conciencia diarios donde se comparte el estado de conciencia en lo que hacemos y vivimos, cuatro horas de trabajo por la mañana ayudando a reconstruir el magnífico caserón del siglo XVI o a adecentar sus alrededores (huerto, bosques...), el contacto intenso con la tierra y la naturaleza, y todo el tiempo del mundo para abrir el corazón y compartir....¿Así de sencillo? Sí. Y lo curioso es que desde nuestro mundo de prisas y ruido, quizás pocos puedan creer que una experiencia en la que no se dispone de luz, agua corriente o un aseo, y en el que al final del día te duelan las ampollas de las manos o la espalda, pueda removerte tanto por dentro, y te haga replantearte las prioridades en tu vida. Pues sí. Lo hace. ¡Y de qué forma!
Cuando planteamos a los niños que queríamos dedicar 4 ó 5 días de nuestras escasas vacaciones en familia a explorar esta posibilidad, nos pusieron cara de "otra excentricidad del hippismo de nuestros padres". Pero cuando no querían irse, y no paran de hablar de Carmen, Luije, Rosana, Juan, Iván, Xavi, Laura, Bea, Anuska, Nadia, Teresa, "el polaco", Geo, Gaia, las gallinas, las cobayas... como de su propia familia, no hay mejor síntoma: lo vivido en estos días ha abierto una nueva ventana en nuestras vidas. Sabemos que, de una forma u otra, presencial o no, esta "Familia de 3 hijos" se va a integrar con O Couso. El corazón manda. Hay que hacerle caso.

martes, 14 de enero de 2014

La injusticia llama a tu puerta: ¿carretera y manta?

Aunque hace tiempo que no escribimos porque consideramos que buena parte de lo que había que decir ya está dicho, y es momento de Vivir y Ser, más de que hablar y opinar, hay cosas que claman al cielo y de las que podemos aprender mucho. Sobre todo cuando son experiencias tan cercanas a nosotros.
A pesar de que apenas nos vemos una vez al año, J. y M. son parte importante de nuestra historia. Y no porque tengamos edades y situaciones similares, o porque hayamos vivido muy cerca durante varios años, sino porque a pesar de ya vivir alejados, nuestras energías han seguido confluyendo en esa búsqueda de un mundo mejor. Son gente muy "currante", abnegada, y dedicada a sus 2 hijos, ahora en 5º de primaria y 1º de bachillerato respectivamente. J. perdió su trabajo en la fábrica hace ya bastantes meses, pero al menos les consolaba el apoyo económico que recibían por la invalidez de M., postrada largo tiempo en la cama durante más de 2 años, tras varias intervenciones en su columna vertebral. Ese consuelo también ha desaparecido: los dichosos recortes han hecho que se revise su invalidez, pasados 2 años, y aunque todos los informes médicos evidencian un deterioro de su estado de salud, le han quitado la invalidez. Resultado: deja de cobrar la pensión; su anterior empresa no la readmite (aparte de que no está en condiciones físicas para ello); y ni siquiera podrá cobrar el paro. Es decir: se quedan con cero euros de ingresos al mes.
Es más que probable que la historia finalice con una sentencia condenatoria para la Seguridad Social, como acaba de suceder con otra amiga nuestra, con un cáncer cerebral y con graves secuelas oculares, obligada a trabajar durante casi 2 años, y que ahora ha recibido su sentencia favorable. Pero quizás no todos puedan aguantar el envite de estar años en un pulso con la Administración, que sólo juega a ganar tiempo a costa de personas que sufren. ¿Cómo puede ser posible que este aparato burocrático al que llamamos “Sistema” asiente una situación durante más de 2 años, cerrando las puertas a otras posibilidades, para de repente, y sin ningún fundamento médico ni legal, quitártelo todo, en una estrategia de dilatar plazos aún a costa de las vidas de tantas familias?
J. y M. no son como los miles y miles de personas que esperan a que "algo suceda", o a que "venga alguien a sacarnos de ésta". Ellos afrontan su presente, no quieren o no pueden quedarse con los brazos cruzados esperando a que alguien les ayude, y saben que si no hay ingresos hay que recortar gastos. Y aunque ya viven en un alquiler muy barato, nos cuentan la dureza de tener luz o gas y no querer encenderlos en pleno invierno sabiendo que quizás no vas a poder pagarlos. Por eso han decidido "echarse al monte": irse a la sierra a una casa antigua en pleno campo, y tratar de vivir de lo poco que la tierra pueda darles. No quieren limosna. Quieren ser dueños de su presente y de su futuro. Aceptan y afrontan su presente. Pero ese presente no tiene nada de bucólico ni de la idealización por un mundo mejor. Saben que las circunstancias les abocan a ello. Y el precio que han de pagar es enorme: dejar a sus hijos con los abuelos, hasta que puedan estabilizar su situación, J. pueda empezar a cultivar algo, y puedan encontrar escuela para la pequeña el próximo curso.
Les pedí hablar de ellos, pero no por idealizar su apuesta por el campo, sino porque nos parece un ejemplo muy cercano de coraje, de valentía, de coherencia, de responsabilidad y de aceptación. Pero éstos no están exentos de sufrimiento. Y el alejamiento de los hijos, ahora, les va a traer muchas lágrimas. Estamos seguros que todo esto tendrá sentido en su evolución, aunque ahora sea muy difícil verlo. Y ahí nos van a tener para todo lo que necesiten.
Lo que es indudable es que todos tenemos “papeletas” para que algo así pueda sucedernos en este “maravilloso” y “justísimo” sistema en el que estamos. Quizás debamos estar preparados, y fijarnos en ejemplos reales como este, para estar dispuestos a desapegarnos de nuestro pasado y plantearnos nuevos horizontes que, ojalá, se tornen en oportunidades.


sábado, 19 de octubre de 2013

¿Por qué no nos dejan ser Ahorradores Éticos Activos (A.E.A.)?

Desde hace algún tiempo, y ante el destrozo que el sistema financiero ha hecho en tantas y tantas familias, nos involucramos en algunas iniciativas de crowdfunding en el ámbito de la solidaridad y el emprendimiento social, como muchos ya sabéis. Vimos que eran muchísimas personas las que querían dar un sentido distinto a su dinero, más allá de rentabilidades: querían transformar su rinconcito de mundo, con aportaciones más o menos pequeñas. Por eso, partiendo de esas experiencias, nos hemos puesto en contacto con algunas entidades autodenominadas "banca ética" para realizarles una propuesta constructiva. Nos preocupaba que, en gran medida, estuvieran reproduciendo y manteniendo la dinámica de la banca tradicional en los siguientes aspectos:
  • Los proyectos de emprendimiento deben acudir a una estructura más o menos centralizada de la entidad, que recepciona el proyecto, lo evalúa según sus criterios (más o menos técnicos o asamblearios) y decide o no su apoyo con los fondos de los ahorradores.
  • Tan sólo se facilita la posibilidad de elección, por parte de los ahorradores particulares, renunciando o no a a la remuneración de su ahorro, para destinarlos a unas ONGs u otras dentro de un grupo tasado y cerrado propuesto por la entidad de banca ética. A ello se limita la libertad de elección concreta del ahorrador en el destino de sus fondos.
  • El papel del ahorrador se ciñe a la aportación de fondos, sabiendo que su destino va a ser más positivo que en la banca tradicional, y disfrutando de una transparencia mucho mayor, pero sigue adoptando un rol pasivo y mudo en cuanto al destino de sus fondos. A lo sumo podrá facilitar la presentación de proyectos de emprendimiento que conozca, en base a su condición de cliente, pero el mecanismo de selección sigue siendo el descrito en el punto 1.

Indudablemente, el modelo de estas entidades supone un salto cualitativo respecto a la banca tradicional. Pero pensamos que los tiempos que corren, exigen una apuesta más decidida y audaz dentro de la banca ética, y que incorpore los siguientes actores y enfoques,  quizás no mayoritarios en nuestra realidad, pero indudablemente con un protagonismo cada vez mayor, como hemos tenido ocasión de comprobar:
  1. Incorporar al modelo de financiación ética un sujeto hasta ahora inédito, pero que de forma creciente empieza a tener un protagonismo impensable hace unos años: el del Ahorrador Ético Activo (AEA). En el modelo actual de las entidades de financiación ética, se sigue tratando al ahorrador como AEP (Ahorrador Ético Pasivo): una persona que tiene su trabajo (o no), que quiere transparencia y responsabilidad con su dinero, pero que no se involucra a través de la banca ética de forma activa en la transformación de su entorno mediante los proyectos concretos que pueden transformar esa realidad. Nuestra experiencia de crowdfunding nos permite vislumbrar de forma nítida un AEA, que yendo más allá de su participación en asociaciones o voluntariados diversos, quiere que su dinero transforme su realidad, sin delegar dicha facultad en un organismo intermedio que puede o no compartir sus criterios a la hora de decidir apoyar unos proyectos u otros.
  2. Un ahorrador que valora mucho la cercanía a la hora de seleccionar los proyectos de emprendimiento a los que financiar: los planes de viabilidad, las cuentas previsionales y los análisis económico-financieros son fundamentales, pero al mismo nivel que la valoración de la urgencia y la confianza que pueden generar proyectos de entornos cercanos (un familiar que va a montar una granja escolar, un amigo que quiere crear un Centro Especial de Empleo, etc)
  3. Un ahorrador que se muestra decidido a involucrarse activamente en la elección concreta de los proyectos que querría financiar con su propio dinero, y que se muestra reacio y crítico a la hora de que su dinero se destine a proyectos en positivo pero de forma genérica, a veces alejados en lo geográfico y en lo que pueden suponer sus prioridades.
  4. Un ahorrador para el que la rentabilidad o la consecución de un retorno financiero supone un aspecto secundario, y a veces totalmente prescindible (como hemos podido constatar claramente en crowdfunding) frente a la posibilidad de transformar su realidad y mejorar su “rinconcito” de realidad. En muchas ocasiones, está decidido a dedicar parte de sus ingresos o de sus ahorros a esta tarea, a cambio de retornos simbólicos o incluso asumiendo que parte se va a perder, pero que la parte que no lo haga y fructifique en proyectos transformadores habrá valido la pena, y justificará las posibles pérdidas, que podrán ser asumidas por él.
  5. Un ahorrador para el que el papel de la entidad de financiación es meramente instrumental: él quiere ser el protagonista y quiere decidir qué proyectos apoyar, y el papel del banco es sólo de asesoramiento, de delimitación del marco positivo de las áreas a impulsar desde la entidad (medio ambiente, cultura, etc) y sobre todo, de creación de productos financieros que faciliten ese apoyo a sus proyectos escogidos, así como el retorno de las cantidades prestadas.
  6. Dicho carácter instrumental en el papel del banco puede llegar hasta tal extremo que, en la fijación de las condiciones de los productos financieros que posibiliten estos apoyos, la entidad pueda simplemente crear el producto (línea de crédito, préstamos entre particulares, etc), acordar las condiciones con ahorrador y proyecto de emprendimiento dentro de unas posibilidades más o menos tasadas, pero incluso llegando a sustraerse en determinados aspectos de problemas de retrasos, impagos, etc que podrán ser asumidos por el AEA.

Este planteamiento, en la práctica supondría que cada uno de los ahorradores, elegiría realmente su entidad de banca ética, para facilitarle simplemente la operativa bancaria para prestar el dinero y que le sea devuelto. Nada más y nada menos. Pero la elección es suya. No quiere dedicar tiempo a tener que buscar al prestatario para darle el dinero o pedir que se lo devuelva, y sólo para eso es para lo que necesita al banco: para crear el marco financiero profesionalizado que permita que estar labor de apoyo financiero activo y ético se dinamice, y se repita en el tiempo. Si la labor de la entidad es buena, el dinero que se presta y se devuelve, rotará de forma rápida, y se podrá apoyar a más proyectos. Y será ahí donde se mida la calidad de esa banca ética en esta área de su negocio. Pero con una contraprestación enorme a efectos de posicionamiento y expansión de la propia entidad: cada persona se convierte en la práctica en una sucursal andante de dicha entidad de financiación ética.

Son sólo dos los requisitos para poner en práctica esta línea de trabajo:
  1. Disposición de las entidades de financiación ética a dar verdadero protagonismo a quien lo tiene: la persona, bien en su condición de ahorrador o de emprendedor de proyectos transformadores. Y como consecuencia de lo anterior, saber situarse en el papel que realmente le debe corresponder: el instrumental de facilitador de ese contacto financiero entre las personas, sin robar protagonismo a quien lo tiene.
  2. Creación del marco jurídico de los distintos productos financieros que permitirían la articulación de la presente propuesta, con la delimitación de los distintos niveles de remuneración, de penalización, de exención de responsabilidad en demoras e impagos, etc…

Hicimos llegar nuestra propuesta concreta a distintas entidades (https://www.dropbox.com/s/p5wvq6haj13o5r8/Presentaci%C3%B3n_propuesta_finanzas1.pdf). Algunas ni contestaron. Triodos Bank sí lo hizo, desde la Dirección de Comunicación (aún esperamos a su Dirección General), aunque hubiéramos preferido recibir otra respuesta: "...en algunos puntos existe cierta distancia con nuestro modelo de negocio. Como usted sabe, en el mundo hay diversas aproximaciones a las finanzas éticas. Cuando se fundó el banco en 1980, Triodos Bank optó por ser un banco como los demás, que pudiera competir con la banca tradicional y demostrar que también desde el sistema financiero, cumpliendo con los mismos requisitos y bajo una estructura empresarial, era posible reinventar la banca....como entidad financiera europea sería preciso un consenso del grupo a nivel internacional para cualquier tipo de cambio en nuestro enfoque de banca". Malas noticias para quienes queremos involucrarnos activamente en la transformación de nuestro entorno concreto con nuestro dinero. Seguiremos intentándolo, no obstante.

martes, 1 de octubre de 2013

Pero, ¿por qué no sois como el resto de los padres?

Imagino que tarde o temprano, y especialmente en la pre-adolescencia, esta es una pregunta que todos los hijos nos hacen a los padres. Y si no estás preparado para ello, quizás más de uno sienta inclinación a pensar lo de "cría cuervos..." Pero los padres no podemos esperar de nuestros hijos una "palmadita" en la espalda por nuestra labor educativa ...Quizás ese sea un gran problema de la Educación actual: ¿no querremos ser amigos de nuestros hijos antes de tiempo? A estapas tempranas, lo que necesitan es un compañamiento amoroso, pero también asentar su criterio y discernimiento para que un día (más pronto que tarde) puedan volar en plena Libertad (que no es otra cosa que con ausencia de miedos) y con total Autonomía. Y no hay nada que cercene más esa libertad y esa autonomía que el estilo de vida que nos hemos/ nos han impuesto.
 
Estamos acostumbrados a que, medio en broma, medio en serio, nuestros niños nos digan que somos muy "hippies", budistas o "raritos"...Pero nos hizo pensar esa pregunta-reproche, no por su contenido manipulativo para convencernos de algo, sino porque cuestionaba mucho de lo que compartimos en este blog en nuestra búsqueda de un mundo mejor para vivir con ellos:  búsqueda de alternativas al estilo de vida "habitual", contacto con la naturaleza, cuestionamiento de los movimientos de masas y de los excesos del consumismo, compromisos solidarios, apuesta por la meditación y la búsqueda de la felicidad interior, etc...
 
Somos conscientes que la semilla de muchas de esas apuestas en nuestros hijos no germinarán hasta dentro de mucho tiempo (si lo hacen). Pero la verbalización de algunas de estas cuestiones evidenciaba hasta qué punto la presión social actúa (¡y de qué manera!) frente a los que apuestan por seguir vías alternativas y diferentes. Y cuando eres adulto no tienes más remedio que aceptar y dejar fluir. Pero cuando aún eres niño, las herramientas para contrarrestar el poder de tantos y tantos "guardianes del sistema" no resulta tan sencillo. Quizás por ello muchos padres opten por no complicarse la vida. Nosotros seguimos buscando un mundo mejor junto a ellos...

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Quiero cambiar mi Realidad con el Arte de Mis Manos

Este vídeo final de la campaña de crowdfunding #Artedemismanos para un Deshidratador Solar desde la Casa de Acogida de Alozaina, con la que nos sentimos muy conectados, resume buena parte de nuestras reflexiones actuales. Una imagen vale más que mil palabras. Y un vídeo así, mucho más.


jueves, 15 de agosto de 2013

Seguimos de búsqueda...ahora por Matavenero

Como todos los veranos, hemos ido a visitar a la bisabuela a su granja en Francia. Y hemos querido aprovechar el desplazamiento para seguir con nuestra búsqueda de referencias de formas alternativas de plantearse la vida. Por eso, subiendo desde Málaga, decidimos desviarnos hacia León, en busca de Matavenero, una iniciativa que conocimos a través del documental "Stop! Rodando en cambio" y que nos llamó la atención. 
Se trata de un antiguo pueblo de casas diseminadas y en pendiente, que fue ocupado hace años por un grupo de alemanes bajo la filosofía Rainbow. Lo que más nos llamó la atención fue la belleza de su entorno: inconmensurable. Se encuentra a más de 7 km de cualquier tipo de asfalto por una pista forestal, y es necesario bajar una empinada pendiente a pie de unos 15 minutos para llegar al núcleo, no apta para urgencias médicas, personas ancianas o sillas de ruedas. Afortunadamente, para los bultos de peso, recientemente han habilitado un pequeño tirolina. Indudablemente se trata de una opción radical, que hoy se ha convertido en alternativa para todo tipo de personas y colectivos: preocupados por el medio ambiente o por los problemas sociales, punkies, pasiegos, yoguistas,...Una heterogeneidad tal, que resulta tan sorprendente como las casas que van surgiendo en la montaña: algunas toda una obra de arte, y otras simples lonetas con formato "chabola".
Tratamos de mezclarnos con la gente para conocer sus impresiones durante las 24 horas que pasamos allí. Muchos de ellos son de otras nacionalidades y no era fácil. Pero percibimos que, salvo excepciones (lo que nos permitió instalar nuestras tiendas de campaña bajo un esplendoroso castaño), la hospitalidad y la acogida no era el fuerte del lugar. Quizás porque quieran ahuyentar al curioso y evitar invasiones no deseadas.
Tuvimos la suerte de conocer a una alemana (ya viviendo fuera del pueblo), quizás una de las iniciadoras del asentamiento, hace 15 o 20 años, y a su hija, habitante del sitio desde los 6, y ya con un niño de 9 años. Tres generaciones de habitantes de Matavenero en una misma familia. Nos habló de sus sueños, de sus motivaciones, y de la enorme dificultad para encontrar un equilibrio entre la plena libertad y la existencia de una estructura mínima de organización y normas que permitieran una convivencia pacífica entre gente tan heterogénea. No pudimos evitar vislumbrar en ella un cierto "tic" nostálgico al ver hoy en su nieto actitudes que precisamente la habían llevado a lanzarse a la aventura de Matavenero.
También nos hizo pensar mucho las palabras de otro alemán, con un perfecto español, que destacaba la ausencia de unos principios o una filosofía común aglutinadora como uno de los grandes activos del sitio. A pesar de estar muy ilusionado con su opción de vida allí, principalmente por ser un sitio de "posibilidades", reconocía esa misma pugna entre libertad y estructura. Para muchos, reconoció, Matavenero se había convertido en un lugar de "sueños rotos", al que cada uno venía con una historia personal más o menos dura, y en el que apostaba todas sus expectativas e ilusiones.
Esta familia de 3 hijos busca mundo diferente para vivir. La opción de Matavenero tiene cosas muy interesantes: un paisaje maravilloso, la ausencia de prisas, el respeto a los ritmos de la naturaleza y el cuidado del agua y el medio ambiente. Pero el enfoque de convivencia y el tema de los valores o principios no es el nuestro. También nos gustan esos aspectos en el enfoque de vida de la bisabuela francesa. Pero no queremos una vida tan aislada y desconectada del mundo. Continuamos la búsqueda, incorporando al zurrón lo bueno de lo que vamos conociendo.

jueves, 25 de julio de 2013

Vivir con menos sin ser menos

Soy madre trabajadora con tres niños. Hace tres años tomamos en familia una de las más acertadas decisiones: pedirme la media jornada. Y he dicho “una de las más acertadas decisiones” porque nunca pude imaginar en su día que tomar un paso que implicaba la consiguiente reducción de sueldo y, por ende, de los ingresos familiares, iba a repercutir de una forma tan positiva en todos los ámbitos de la familia. Y el más mundano de estos ámbitos es precisamente el que hoy voy a tratar: el de la economía.
Ya he mencionado anteriormente en otros posts que me considero una “maruja” poco convencional, un híbrido entre “mamma” italiana, mi abuela “guerrera”, “hippy”-alternativa, y directora de empresa. Pero lo que menos me podía esperar es que, además, mi tiempo fuese de verdad “de oro”. Y digo esto porque algunas amigas y compañeras me advirtieron de lo duro que sería menguar sustancialmente los ingresos familiares. Sin embargo (y no sin asombro), a lo largo de estos años hemos visto que nuestro estilo de vida no sólo no ha empeorado, sino que su calidad ha mejorado sustancialmente sin que afecte a nuestro bolsillo. ¿El truco? Nada de sobres, como se estila últimamente en los contornos políticos; llana y simplemente VIVIR CON MENOS.
Me he enterado hace poco que esto tiene un nombre: “Teoría del Decrecimiento” (os aconsejo, para los que necesitéis visibilizar que otros estilos de vida son posibles, la película “Stop! Rodando el cambio” en http://youtu.be/hGqpf3RX0Ik), pero a mí los nombres no me sirven de mucho: prefiero los hechos.
Antes, normalmente, iba al supermercado una vez por semana, y la tarjeta “echaba humo” con cantidades que nunca bajaban de los 150€. Ahora, rara vez supera el 50% de dicha cantidad.. ¿Por qué? Porque, por ejemplo, no compro postres elaborados: mis hijos hacen el yogurt y yo las natillas, las galletas, los bizcochos y los helados. También hago el pan, el jabón de manos y el de lavadora (pronto conseguiré hacer champú). Para comprar la fruta y la verdura voy al mercado, y si está barata, compro de más y hago conservas. Ahora mismo, sin ir más lejos, estoy experimentando secando tomates y pimientos al sol.
Seguro que algunos, a estas alturas, dirán: “Si, hombre, pero para eso se necesita mucho tiempo...”. Ya, eso precisamente. Yo cambié parte de mi sueldo por tiempo, y le estoy sacando buen rendimiento. Estoy más tiempo con mis hijos, nos alimentamos mucho mejor, y mi calidad de vida ha mejorado muchísimo (sigo teniendo mis momentos de estrés, pero disfruto más de mi vida a mi propio ritmo...). Sin duda, creo que todos hemos salido ganando.
No quiero con este post convencer a nadie, sino simplemente mostrar que vivir con menos conscientemente es posible. Esta sociedad en la que estamos nos persuade de que vivimos en la era de lo instantáneo porque “el tiempo es oro”, pero es ese “oro” que tanto perseguimos el que nos hace, a la larga, perder nuestro tiempo.

lunes, 24 de junio de 2013

El flautista de INEM-lin

Desde hace unas semanas estoy trabajando en una oficina de (des)Empleo. Me siento como un corresponsal de guerra, testigo de un cuento "macabro" en el que desempleados y funcionarios danzamos hipnotizados al son de una música que nos han puesto, y tras la cual andamos, sin hacernos las preguntas clave para salir de esta hipnosis colectiva: "¿POR QUÉ?" y "¿PARA QUÉ?".
Hace tiempo que me hablaron del concepto de "Mente-Colmena". Al principio me pareció algo exagerado, pero mi experiencia actual me hace constatar que es una gran realidad, y desgraciadamente (si no lo evitamos) en franco crecimiento. Según ese concepto, las personas servimos en la medida que contribuimos al bien colectivo superior, como si de hormigas o abejas se tratara. No pasa nada si es necesario sacrificar por el camino a los individuos que sea preciso (con deshaucios, esquema esclavizantes de desempleo o recortes sociales). Todo sea en pro del todopoderoso y teórico "Bien Común". Lo peor de ese esquema es que perdemos nuestra individualidad, nuestra esencia más sagrada, ese "yo" que nos hace únicos. Y nos vemos sometidos a las directrices que nos marca nuestro "flautista" de turno, creyendo que siguiendo su música estamos salvados y disfrutaremos de salud, dinero y amor...Sin embargo, si no somos capaces de tener un mínimo de criterio, y de capacidad crítica; si no somos capaces de salirnos del redil y actuar como "ovejas negras"; si no actuamos en base a nuestra individualidad, estaremos sometidos a la tiranía de nuestra "Abeja Reina".
Efectivamente, el anterior párrafo podría sonar apocalíptico y exagerado. Pero sólo pretendo gritar en alto lo que veo en mi "día a día", por si a alguien le apetece despertar de esa hipnosis, y dejar de seguir la música del flautista, o salir huyendo de su colmena.
Cuando entré en el Servicio de Empleo de mi Comunidad Autónoma, y participé en las jornadas iniciales de formación, aspiraba a una formación más o menos completa dirigida a mitigar tanto dolor colectivo por el desempleo y los recortes. En los últimos meses se han despedido a más de 800 personas en Empleo, y aunque no cabe buen servicio en Empleo si no se crean oportunidades desde las empresas y el emprendimiento, qué menos que dar asesoramiento y orientación, un poco de empatía y asertividad...Mi gozo en un pozo...Los 4 días se dedicaron exclusivamente a profundizar en la herramienta informática que mantiene perfectamente clasificados a nuestros desempleados. Una herramienta a la que los técnicos de toda Andalucía dedican el 100% de su tiempo. De inmediato hice la pregunta de rigor: ¿Para qué sirve realmente eso? ¿Por qué nos hemos convertido en verdaderos expertos de la clasificación de ratones-desempleados? La música del flautista ya se había apoderado de mis compañeros...Vale más un sueldo seguro, que plantearse cosas trascendentes. En los mejores tiempos nuestro servicio intermedió en el 9-10% de los contratos de trabajo que se firmaban; ahora en el 2% de lo poquísimo que se firma. Estamos, pues, todo el día rellenando formularios de clasificación de nuestros desempleados para meros efectos estadísticos. Uffff....¿Y no valdría dedicar un poco menos tiempo a esa labor, y un poco más a la orientación, al reformzamiento de las capacidades para la empleabilidad, a la motivación hacia la búsqueda activa de empleo o el emprendimiento? Como mis preguntas no parecían ser escuchadas por la música del flautista, las puse por escrito junto a una batería de propuestas, esperando que mis jefes actuaran como tales y se dedicaran a administrar, que no es otra cosa que gestionar los recursos escasos que podamos tener. Nada más lejos de mis intenciones: ya están totalmente abducidos por la "musiquilla diabólica", y se conforman, como en servicios centrales, con maravillosas estadísticas de tiempos de espera y de atención a los usuarios. Eso es lo que tiene la "mente-colmena": que crea magníficos sistemas de auto-justificación y de apaciguamiento de nuestra mente. De intermediar, lo que se dice intermediar, poco. De "políticas activas de empleo" (que es a lo que paradógicamente nos dedicanos), menos aún. Ahora sí: ¡tenemos organizado un sistema de citas, que es la envidia de las "ratitas" del lugar!. Todas en fila india, organizadas en turnos de 15 minutos, para evitar aglomeraciones y sobre todo conatos de rebeldía ante la situación. Todo muy civilizado.
Una pena que, los que tenemos trabajo a este lado del escritorio, nos sintamos tan "a gustito" cobrando por mirar a la pared (que es realmente para lo que sirve nuestro trabajo actual).
Pero aún es más penosa la situación en la parte de los demandantes de empleo. Miles de personas a las que atiende mi oficina, con verdaderos dramas familiares, y que se encuentran poseídos por esa "maligna música flautera". Vienen a la oficina en un ritual programado, repetido hasta la saciedad desde hace años, a renovar su tarjeta de demanda para que no caduque, cada 3 meses. Por supuesto, ya lo pueden hacer por Internet, por el móvil, todo muy civilizado....Pero de nuevo: ¿para qué?. No se trata sólo de que no hay ofertas de trabajo, y que la "abeja reina" ahora mismo no tiene nada para darles de comer. No se trata sólo de que sería mejor que dedicaran sus esfuerzos a crear su propio trabajo, a plantearse emigrar, o a reenfocar sus vida. No. Se trata de que cuando reviso los perfiles informatizados de estas personas que vienen "religiosamente" a sellar, los tienen  vacíos completamente. Es decir, que vienen a sellar, teóricamente para mantener una antigüedad, y creyendo que el flautista o la "abeja reina" les "sacará de esta", pero sin ni siquiera saber que sus fichas, tan inmaculadas, jamás podrán llamar la atención de una oferta de trabajo....¿Para qué?....¿Por qué?...Elemental querido Watson...
Afortunadamente, aún quedan ovejas negras. Personas que se han puesto "tapones" en los oídos para no escuchar al flautista. Gente que, al doblar la esquina, se sale de la cola de la colmena, y decide emprender, buscar su propio camino, a veces incluso emigrar o cambiar de vida...Buscar en su interior la respuesta a la grave situación que vivimos, y no esperar a que los "flautistas de turno" se la resuelvan...Esa gente merece toda mi atención y esfuerzo. Ellos son el sentido de mi trabajo actual. Con ellos me vuelco en tiempo y esfuerzo, aunque ya me hayan dado algún toque de atención por salirme de los tiempos establecidos en las estadísticas...Pero yo siempre llevo mis tapones de repuesto en el bolsillo: esos que me permiten escuchar a mi conciencia, antes que a jefes, políticos o "musiquillas de pacotilla".

martes, 4 de junio de 2013

Lo hicimos porque no sabíamos que era imposible

A lo largo de estos meses de incesante búsqueda de un mundo diferente para vivir junto a nuestros 3 hijos, ha habido mucha gente que nos ha preguntado en qué acabará dicha búsqueda: ¿quizás en mudarnos a otro país?; ¿quizás en trasladarnos al campo a vivir una vida más en contacto con la naturaleza?; ¿quizás en cambiar de trabajo?; ¿quizás en incrementar el compromiso con alguna ONG o proyecto social?; ¿quizás en cambiar de hábitos alimenticios?; ¿quizás en ayudar a impulsar alguna alternativa política? Alguna de estas alternativas ya están en marcha, y a otras les respondemos: "puede ser..." Pero lo que seguro, seguro, seguro que implica esa búsqueda de un mundo diferente para vivir es el convencimiento de que es necesario engañar a nuestra mente.

Observamos con preocupación hasta qué punto nuestro entorno, nuestros hábitos, los medios de comunicación y nuestra propia educación condicionan y limitan hasta grados insospechados nuestras posibilidades y potencial como seres humanos. El "no se puede" o "no se debe" preside gran parte de nuestro "hacer" y nuestro "pensar". Pero, realmente, ¿quién decide eso salvo yo mismo?

Ayer fui a pasear en bici con mis 2 hijos más pequeños. Dimos una vuelta larguísima. Y ya casi anocheciendo, quisimos dar una sorpresa a su madre, yendo a recogerla a su trabajo. Pero para ello era preciso subir una larguísima y empinadísima cuesta. Mi hija pequeña tiene una bici muy básica, sin marchas ni nada, y apenas lleva unos meses sin ruedines pequeños. Por eso quise animarla a que lo intentara, sabiendo que "era imposible" que la subiera sin bajarse de la bici ni poner un pie en el suelo...Que ni yo mismo sería capaz de hacerlo...Y la reté con una apuesta en broma...Pero ella no sabía que era imposible...Y allí fue ella con sus 7 añitos, subiendo la cuesta puesta en pie "a lo Indurain" hasta llegar a la cumbre...Mi boca me llegaba al suelo de asombro...

Estamos seguros que ese "mundo diferente" es de los que son sordos...Pero no porque tengan problemas de oído, sino porque no están dispuestos a escuchar las tonterías que los demás nos dicen sobre nuestras limitaciones...Y por sordos, son capaces de hacer lo imposible porque no sabían que lo era...

Nuestra mente trata de dominarnos por completo, y la opinión de los demás no hace sino ayudarla...Pero nosotros somos mucho más que nuestra mente...Si nos lo creemos de verdad, o si nos hacemos sordos a lo que nos digan...

En una conferencia super-simpática de Omar Villalobos hablando precisamente de estos temas, cuenta cómo la madre de Dalí, de pequeño, no paraba de decirle lo siguiente: "Salvador, hijo mío, dibujas como los dioses..." ¿Os imagináis lo que podríamos hacer si nos convenciéramos o nos convencieran de que es posible lo imposible? ¿Acaso no cambiarían muchas cosas en nuestros trabajos, nuestras familias, nuestra política o nuestra economía? Dalí se lo creyó...Y acabó siendo un "dios de la pintura"...Y digo yo, como Omar: si no paran de engañarnos los políticos, los anuncios de televisión, la historia, o incluso nuestros padres para que nos tomemos la sopa, ¿por qué no engañar nosotros a nuestra mente para encontrar ese mundo mejor a base de "imposibles"? Nosotros lo estamos empezando a poner en práctica, y los resultados son alucinantes.

domingo, 19 de mayo de 2013

La Ley Mordaza en mi pueblo

Después de casi 5 meses sin noticias de prensa, radio ni televisión, no por "pasotismo" sino por una decisión meditada de controlar y encauzar nuestras energías, y no que nos las encaucen a base de telediarios, esta semana nos hemos encontrado de bruces y en primera persona con esas noticias que deseábamos evitar. La cercanía obliga. 

Hemos dudado sobre el título a poner a este post, ya que no sabemos si se debe a un exceso de afán recaudatorio, a un decidido cercenamiento de las libertades, a una extralimitación o desproporcionalidad  en la aplicación de las leyes, o a un cúmulo de todo lo anterior...Pero lo cierto es que, si no lo hubiéramos visto con nuestros propios ojos, pensaríamos que es una exageración, o el guión de una película de Almodóvar. Quizás cualquiera de estos títulos valdría:
"¡Cuidado! Estado de excepción en tu calle"
"Te pueden humillar a tí también..."
"Si no lo veo no lo creo..."
"Retrocediendo 50 años..."

Resulta que, una amiga cercana de la familia ha vivido con perplejidad y sensación de surrealismo, cómo uno de sus hijos, menor de edad, era denunciado y posteriormente multado  por el peligrosísimo delito de esperar él y otros 3 amigos a un quinto amigo junto al portero automático de éste último, con una botella de agua en la mano, mientras bajaba de su casa. Me la imagino buscando la cámara oculta cuando se presentó ante el jefe de la Sección de Salud, Consumo y Sanciones del Ayuntamiento, y éste le espetó que la ley no aclara qué tipo de bebidas, y por lo tanto, el Ayuntamiento había decidido aplicarlo de manera amplia. Es más, al hacer el correspondiente recurso o pliego de descargo, le indicaron que lo mejor sería pedir perdón (¡¡humíllate, pecador!!) y comprometerse a no volverlo a repetirlo. ¡¡No volver a repetir ¿qué?!! ¿Charlar con los amigos en la calle? ¿Pararse a saludar a los vecinos? ¿Llenar la botella de agua en una fuente? 

El Ayuntamiento se siente amparado por el artículo 8.1 de la ley 7/2006 andaluza ("Constituirán infracciones leves...1. La permanencia y concentración de personas que se encuentren consumiendo bebidas o realizando otras actividades que pongan en peligro la pacífica convivencia ciudadana fuera de las zonas del término municipal que el Ayuntamiento haya establecido como permitidas") y la sanción prevista puede ser de apercibimiento o multa de 300€ a 3.000€ en caso de reiteración. Y como este municipio no tiene ninguna zona habilitada para que los ciudadanos se concentren en un "botellódromo", tiene la excusa perfecta para sancionar a "todo bicho viviente" que decida concentrarse en la vía pública más de 15 minutos o saciando su sed. Así que, lo mismo es ir tomando una botella de agua mientras haces "footing" en el paseo marítimo, que si te "metes" a" pulmón" una garrafa de 15 litros de tequila con tus colegas en medio de la plaza del pueblo.
"Quien hace la ley, hace la trampa". Y con un texto legal, inicialmente planteado para evitar los "botellones", el Ayuntamiento se está "hinchando" de recaudar, de meter el susto en el cuerpo a los "imberbes", y de lograr una "mala leche" reconcentrada en los padres de los adolescentes, que son quienes deben hacer frente a las multas.

Al principio pensé que habría sido una episodio casual, puntual y anecdótico. Pero en localidades tan pequeñas como las nuestras, las noticias vuelan, y ya son demasiados los casos similares que nos han llegado de gente multada por lo que tradicionalmente ha constituido nuestra forma de ser abierta y sociable: que si una pandilla de amigos multados tomando "pipas" al sol en la playa; que si una anciana apercibida porque sus nietos jugaban a la pelota en la calle en vez de reservar pista en el polideportivo municipal; que si un camarero que salía a la calle a servir copas en una terraza y la policía creyó que estaba de "botellón"....

Todo esto parecería una broma. Pero en un pueblo tan castigado por el desempleo, los desahucios, o los recortes sociales, multar a la gente por pararse a hablar en la calle, o por beber "a morro" una Pepsi, parece la forma idónea para alentar el "cabrero supino" y una indignación que podría no acabar muy bien. Ya llueve sobre mojado. 

Parece que está de moda prohibir, prohibir, y prohibir... Si no lo crees, échale un vistazo a la ordenanza de convivencia y civismo de mi pueblo...A veces me pregunto cuánto estaremos dispuestos a aguantar...




sábado, 11 de mayo de 2013

¿Ser feliz o tener razón?

Con la enorme crispación que reina en nuestra actual situación económica, política y social, y con tanta gente debatiendo sobre cuál es la solución verdadera para salir de ésta, escuché una frase que casualmente volvió a llegarme hace poco en una imagen de Internet, y que creo que deberíamos preguntarnos varias veces al día...Probablemente nos iría a todos mejor...


domingo, 28 de abril de 2013

Sin palabras

Paseando por un pueblo granadino hace unos días, leímos esto en una farola. No se puede expresar mejor la desesperación de tantísimas familias, su búsqueda de una salida como sea, y el anhelo por un mundo mejor para los hijos...


domingo, 14 de abril de 2013

El día en que os marchéis

Pocas veces, un artículo resume tan bien muchas de las ideas que, a lo largo de muchos meses, hemos ido compartiendo aquí en relación con la educación y los hijos. Este, de Pedro Simón, lo hace, y por eso lo reproducimos íntegro y os ponemos el enlace para que lo localicéis. Sin duda es un gran acicate para encontrar ese mundo diferente en nuestro "día a día":

"El día en que os marchéis, lamentaré no haberme manchado más, haberme pintado la cara tan pocas veces, no haber aguantado más tiempo tirado en la hierba, haber arriesgado tan poco, ya veis, no habérmela jugado más por el desfiladero de vuestros silencios y la tirolina de vuestros ruidos.    

El día en que os marchéis, añoraré el desorden de esta nada y este todo tirado por el suelo, las zapatillas puestas del revés y vuestro escrache madrugador y a pie de cama, las gominolas de tiburones y los abordajes de bucanero en la cubierta del sofá.

El día en que os marchéis, habrá cosas que no vuelvan, lo sé. Y haré inventario de todas aquellas cosquillas que no hice: las cosquillas de antes de acostarnos y las de recién levantados, las que curaban como un Dalsy de dedos y las que cicatrizaban la niebla y la angustia. Las que habrían hecho que el mundo se partiera.

El día en que hayáis crecido y os marchéis y cerréis la puerta y quede el felpudo haciendo burla en la entrada, vendrá todo el tiempo libre del mundo como una broma. Y entonces ya nunca nadie dirá: "Papá, ¿juegas conmigo?".

(...)

Todo está en el épico 'Pulgarcito'. En la lisérgica 'Caperucita Roja'. En el tramposo de 'Pinocho'. O en el propio Wilde, que tuvo dos hijos y poco tiempo para andarles con cuentos. "Los niños comienzan amando a los padres", decía, "cuando ya han crecido, los juzgan; y algunas veces hasta los perdonan".

Andamos por aquí toda una cuerda de padres arrastrando las cadenas con sentimiento de culpabilidad. Porque cuando no son los deberes que tienen ellos, son los deberes que nos ponen a nosotros. Perdiendo el tiempo con un calendario infantil que hemos convertido en cuartel y en cuenta de resultados. Perdiendo los días en imponerles la paz en constante pie de guerra. Perdiéndonos/perdiéndolos idiotizados por el mañana cuando lo que tenemos delante es el hoy. 

A todo esto se nos van. Y a lo peor, cuando lleguemos, ya no están. O están lejos, que es otra forma de ausencia.

Al tiempo: el día en que se marchen, lamentaremos haber arriesgado tan poco.

(...)

Este domingo quedamos en la calle, chicos. Me pido ponerme de portero, hacer el payaso como en las fotos del primer álbum, no discutir por lo importante, sino por tonterías; apurar este trago ávidamente, mandar el móvil de una patada hasta la Osa Mayor, y no tener prisa por dormir si es que hay amaneceres menores.   

Ya tenemos una edad.

Vosotros.

Yo.

Todos los lunes me digo que empezaré este sábado.

Espero que no sea demasiado tarde."

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/asimplevista/2013/04/09/el-dia-en-que-os-marcheis.html

domingo, 7 de abril de 2013

Grito de libertad en una poesía



Recientemente, mi mujer me leía en voz alta un trozo del libro "El mundo amarillo", de Albert Espinosa (muy aconsejable) en el que se hacía referencia a una poesía de Gabriel Celaya que creo que es una de las más concisas y directas llamadas a la libertad, por contraposición a lo que vivimos, por desgracia, desde pequeños. Espero que os remueva tanto como me removió a mí:





"AUTOBIOGRAFÍA
No cojas la cuchara con la mano izquierda.
No pongas los codos en la mesa.
Dobla bien la servilleta.
Eso, para empezar

Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.
¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?
Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.
Eso, para seguir.

¿Le parece a Ud. correcto que un ingeniero haga versos?
La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.
Si sigues con esa chica te cerraremos las puertas.
Eso para vivir.

No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto.
No bebas. No fumes. No tosas. No respires.
¡Ay sí, no respires! Dar el no a todos los "no"
y descansar: Morir"

jueves, 21 de marzo de 2013

Un mundo de dependencias


En el capítulo uno del Manual de Uso que nos deberían dar a todos los padres a la salida del paritorio, debería poner en letras mayúsculas y bien grandes cuál es el objetivo de cualquier padre o madre: "IMPULSAR LA AUTONOMÍA DE SU HIJO/A, Y ENSEÑARLE A VOLAR".
Dicen que venimos al Mundo a aprender. Yo le añadiría: "a ser libres". Sin embargo, cada vez más creo que nos va a tocar estudiar en verano, y que nos van a dejar la asignatura para septiembre. Por un lado,  nuestro sistema parece pensado para todo lo contrario (crear dependencias que acaben desembocando en un consumo compulsivo): quien no tiene un coche de un cierto nivel, o incluso su segundo o tercer vehículo, se siente un "bicho raro"; quien no está a la última en las noticias o en el último gadget de Apple, es percibido como un auténtico "paria" social; quien no se puede ir de vacaciones, o permitirse peluquería todas las semanas, resulta casi "marciano"; y quien durante estos años no era recibido por el director de su sucursal bancaria, era casi un "don nadie". Pero todas estas aparentes "medallas de status" en realidad son una soga que nos hunde cada vez más en el pozo de la dependencia, y nos aleja de nuestra verdadera esencia: la de SER LIBRES.
Y nosotros, los padres, madres y educadores, sin saberlo ni quererlo, nos convertimos también en verdaderos impulsores de la dependencia de nuestros hijos y alumnos. Quizás porque necesitemos verles dependientes de nosotros para encontrar nuestro sentido en la vida, y ocultar con su enganche a nuestro cordón umbilical nuestra propias carencias en la asignatura de la libertad. Pero sin darnos cuenta que, con ello, les abocamos a la esclavitud de la dependencia.
No puedo evitar que se me pongan los "pelos como escarpias" cuando acompañando a mi hija a piscina, observo que niños de 9 a 12 años, algunos incluso por encima de los 50 kilos, son vestidos y desvestidos por sus madres, totalmente desencajadas ante la magnitud de la tarea y el pose "marajá" del menor. Y me entran "salpullidos" viendo el enorme sufrimiento de las madres del colegio, ante el próximo viaje de fin de curso de nuestros hijos de 12 años al acabar en 6º el colegio: ¡niños que nunca han dormido fuera de su casa o sin sus padres, con el pánico que representa para éstos que pasen 2 o 3 noches fuera de casa en dicho viaje! ¡Menudos padres deben pensar que somos mi mujer y yo cuando desde los 5 años nuestros hijos se van de acampada con los Scouts, haga frío o llueva, durante períodos de 3 a 15 días! ¡Claro que te acuerdas mucho de ellos, y pienas si estarán o no bien abrigados...! Pero bien sabes que un resfriado por descuidarse en el abrigo, es el mejor antídoto para el siguiente resfriado, y una inversión para una personalidad autónoma, independiente y con capacidad de criterio y decisión.
Si los padres, desde que salimos del paritorio no pensamos, casi a diario, que nuestro principal cometido es facilitarles el vuelo a nuestros hijos un día, y les preparamos (y nos preparamos) para ello, les estaremos haciendo un flaco favor, y les estaremos encarrilando hacia las filas de los dependientes de este Mundo.

martes, 19 de febrero de 2013

La vida sin noticias: activismo por ignorancia


Quienes me conocen saben que siempre he sido un "forofo" de la actualidad: he devorado telediarios, tertulias, documentales, periódicos y cuanto caía en mis manos, que me permitiera estar a la última. Era una mezcla de hobby y una mezcla de interés por formarme una opinión contrastada de casi todo, para luego poder personalizar mi criterio, buscando el punto medio a base de escuchar a unos y otros.
Sin embargo también esto ha formado parte de nuestro profundo cambio actual: llevo 3 meses sin saber absolutamente nada de la actualidad. Nada de nada.
Vi que algo debía hacer cuando me observé alterado ante la interrupción de alguna noticia del telediario por mi hijo, cuando me iba a contar alguna hazaña de su jornada escolar. ¿Cómo podía estar tan poseído por noticias de corrupción, recortes o primas de riesgo, como para priorizarlas frente a algo verdaderamente importante para mi hijo, para mi familia? Apagué el televisor.
Al principio fue muy raro, ya que ligamos momentos de nuestro "día a día" a esa actualidad (el rato del almuerzo frente al telediario, o el del trayecto al trabajo oyendo la radio...). Y no me ha sido fácil sentirme al margen de muchas charlas de pasillo o de café. Pero poco a poco he ido logrando separar mi cotidianeidad de las noticias, y la verdad es que reconozco que creo haber salido ganando con creces.
Algunos de los amigos o compañeros con los que lo he comentado me dicen que les apetecería hacer lo mismo. Que la actualidad no hace sino trasladarnos miedo, crispación, desesperación, frustración...Pero que hacer eso sería como entrar en un "pasotismo" poco menos que intolerable. No sé si lo mío se puede o no llamar "pasotismo". Pero yo lo considero como un profundo acto de militancia y de activismo: me niego a que mis pensamientos estén todo el día rondando el miedo o la frustración a merced de grupos de opinión y lobbies con sus propios intereses o tratando de reaccionar frente a ellos; reivindico un amplio espacio para mi presente y el de mi familia, más allá de la agenda política o judicial de turno; quiero que mis energías se focalicen en mi "aquí" y en mi "ahora", como forma real de aportar algo a este mundo, y no estoy dispuesto a que mi mente esté dominada por pensamientos reiterativos plenamente encaminados a crear estados de opinión pública y actuaciones colectivas. Creo que esta decisión me está permitiendo dedicarme a cosas mucho más importantes últimamente.
He oído en el ascensor que en la actualidad mandan algunos asuntos de "sobres", una renuncia histórica del Papa o algo sobre asteroides...Pero ni me quita el sueño no saber detalles ni afecta a mi verdadera realidad...No está mal
Lo único que siento es que mi aportación a la actualidad, como "Familia de 3 hijos", participando en muchos "saraos" frente injusticias que se están produciendo, lógicamente se ha visto mermada. Pero esa energía os aseguro que la estamos empleando bien y en direcciones concordantes con la consecución de ese "Mundo Mejor" al que aspiramos como familia.