viernes, 15 de enero de 2016

Gente normal, hazañas extraordinarias

A estas alturas no estamos para callarnos hazañas. Quizás porque vivimos un momento en el que parece que todos vamos contra todos, o cada uno a lo suyo. La apatía, la pesadumbre, el pesimismo y la incertidumbre parecen a veces devorarnos. Y por eso, los rayos de esperanza que nos permitan volver a creer en ésta nuestra especie humana son bienvenidos "como agua de mayo". Ante eso, ¿quiénes somos nosotros para callar?
Quizás estamos demasiado acostumbrados a las películas de Hollywood y a sus héroes de cartón-piedra. Pero las verdaderas hazañas las realizan gente como nosotros, conscientes de que "Uno a uno, todos somos mortales, pero juntos somos eternos"  (como reza el encabezamiento de la web de ADAPA) . Y cuando de verdad te crees algo así, pocas cosas pueden detenerte.
ADAPA surgió porque una pareja de amigos, hace unos años, volvieron impresionados de su viaje a Perú. Nos transmitieron su energía transformadora y su determinación "por hacer algo" en favor de aquellos chavales. Y de ahí surgió esta pequeña ONG. Desde entonces ha llovido mucho. Hemos organizado multitud de mercadillos solidarios en centros educativos, festivales musicales, charlas de concienciación, chocolatadas solidarias... Pero sobre todo, hemos tenido claro que lo que nos hace grandes como seres humanos es la capacidad de propagar la ilusión del otro y sus ganas de transformar este mundo hacia algo mejor. A veces con una simple llamada, a veces con un par de whatsapps, a veces con un desplazamiento en coche, a veces haciendo artesanía, o a veces cargando sacos de tapones . Da igual el "qué"; lo importante es el "cómo". Y nuestro "cómo" está lleno de ilusión y del convencimiento de que cuando nos llega una luz transformadora, sea de quien sea, no puede apagarse en nosotros y debe seguir luciendo. Y las últimas semanas han sido pródigas en ese tipo de hazañas:
Hemos podido respaldar a los dos comedores sociales de Vélez, conocedores de su enorme labor solidaria con tantas y tantas familias,  y como tras cada campaña de Navidad hemos podido aportarles 1.000€ recogidos en nuestra tradicional chocolatada y en algún acto más.
Nos hemos sentido muy "tocados" por historias familiares de dificultad y zozobra ante la discapacidad severa de algunos chavales de nuestra comarca, y hemos procurado facilitarles un poco la vida con pequeñas reformas en sus casas para adaptarlas a su realidad, como los casi 3.000€ a destinar a la familia de Samuel, con parálisis cerebral y esclerosis.
Hemos participado en grandes eventos desde la distancia. ¿Cómo? Aún no sabemos muy bien cómo (jajaja). Cuando Josepe nos propuso desde Madrid y sin conocernos, montar allí un gran evento solidario con famosos para recaudar fondos tras su reciente visita a Lesbos, la idea nos pareció descabellada, pero le dimos un "sí rotundo". Y tras ese "sí", hubo otros pequeños "síes" en la distancia que han permitido aportar desde ADAPA a esa tragedia de los refugiados nada más y nada menos que 10.697€ (9.420€ entonces y 1.277€ justo ahora). Poco después repetíamos experiencia en San Sebastián con Irati, en este caso para la ONG Salvamento Marítimo. 
Y de cierre, no hace mucho, nos visitaban desde lejos nuestros amigos Juan, Miren-Lu, Pablo y José Miguel. Éste último, como montañero profesional, había vivido en primera persona el terremoto de Nepal del pasado año, y venía muy "tocado". Había vivido lo mejor y lo peor del ser humano en las circunstancias más extremas. Pero, de nuevo, traía como en todos los ejemplos anteriores, una luz en su interior que ¿quiénes éramos nosotros para dejar que se apagase? Quizás fuimos pocos los que conocimos su historia en directo en su presentación pública. Pero realmente las hazañas no van de titulares de prensa ni de grandes  colas de gente. Van de contagios de ilusión, de energía y de buena vibración. Y eso, como las ondas de un estanque generadas por una piedra, ha provocado que de aquella pequeña luz que trajo Jose aquel día hayan partido para Nepal, donde justo ahora están Juan y Miren-Lu, nada menos que 10 tejados para casas derrumbada en aquel seísmos, a rehabilitar con los 3.700€ enviados "de aquí para allá". De 100 a 150 personas podrán guarecerse gracias a esta pequeña gran hazaña.
En las últimas semanas y con mayor o menor cuantía (¡eso es lo de menos!) la solidaridad de personas individuales ha ido tomando forma de hazaña aquí y allá, bajo el paraguas de una ONG, ADAPA, que no es de nadie, o mejor dicho: es de todo el que quiera volcarse en el prójimo y necesita un marco donde hacerlo. Y unas simples siglas, un anagrama y un viejo garaje donde amontonamos de todo (artesanía que hacemos y donaciones que nos hacen) obran el milagro de aunar fuerzas y esparcir ilusión. Un grupo de "amiguetes" normales hemos conseguido contagiar solidaridad y hemos logrado movilizar en estas semanas casi 19.000€ hacia gente normal que lo necesitaba. Es el momento de la gente normal haciendo cosas extraordinarias. ¿Nos lo vamos a callar? ;)

1 comentario:

MONTSE A.S. dijo...

No, hacéis bien en compartirlo...

De hecho os estaba escribiendo en otro post, que ha desaparecido todo lo escrito al dar a vista previa, donde justamente os preguntaba si no querías hacer algo parecido...ya me extrañaba que no, ¡practicaís con el ejemplo!...y es que os acabo de encontrar...
Es muy bonito y emotivo lo que explicaís...aquí en Barcelona existe Barcelonactua, realizan una labor parecida, para la inserción social y ayudar a diferentes colectivos...siempre podemos hacer alguna cosa u otra, incluso sin recursos: recogiendo firmas, banco del tiempo, compartiendo o cediendo cosas que no necesitamos y otros todavía pueden usar...
Siempre digo que los pobres somos más creativos a falta de recursos.

Así que gracias por compartirlo, porqué así vuestros escritos puede animar a más gente a hacer lo mismo.

Os comparto y sigo