sábado, 24 de septiembre de 2022

Empujoncitos

Probablemente era el empujoncito que necesitábamos para volver a escribir. Apenas unas frases de una completa desconocida. Una pregunta lanzada al aire desde miles de kilómetros de distancia. Una búsqueda de conexión. "Hola. Me llamo Marina y vivo en Suecia. Disculpa que te moleste, siendo que soy una perfecta desconocida. Pero he visto en el facebook que eres amiga de Mey y de Rafael y quería sólo preguntarte si sabes si ellos están bien. Los seguía en el blog, pero hace tiempo que no publican nada y no encontré ningún contacto para comunicarme con ellos. Perdona por el atrevimiento. Hasta siempre"

¿Qué mueve a una extraña a preocuparse por ti, viviendo tan lejos? ¿Qué le hace indagar en tu círculo de amistades para saber de ti? ¿Qué pensaría que podría haber provocado tu silencio de todos estos meses? ¿Una enfermedad? ¿Quizás una muerte? ¿El virus? ¿El cansancio? ¿El hartazgo? ¿La renuncia respecto a todo lo compartido estos años?

Sentir que le importas a una desconocida. Alguien que no busca tu dinero, tu fama, tu poder o tu conocimiento. Sólo saber si estás bien. Si te ha pasado algo. Si sigues ahí. Si continúas en la brecha. Arrimando el hombro. Persistiendo en esa búsqueda compartida. Insistiendo en que un mundo diferente es posible y necesario, y que puede estar a la vuelta de la esquina. Sentirte parte de una misma familia cósmica. De esa que no entiende de sangre ni de parentescos, sino sólo de principios, de anhelos, de energía, de vibración....¿Acaso puede existir mayor motivación para volver a escribir? ¿Acaso no es esa la conexión esencial o el pilar básico de ese mundo diferente para vivir? Aunque sólo fuera por Marina. Aunque nuestras palabras hiciesen eco en el posible vacío de esta inmensa sala. Aunque sólo fuera por el empujoncito de sus palabras, aquí estamos de nuevo.

¿Qué nos llevó a dejar de escribir todos estos meses? Necesitábamos pensar. Necesitábamos descanso. Han sido meses muy intensos en lo material y en lo emocional. Meses de restructuración patrimonial. De preciosos e inesperados reencuentros familiares. De nuevos proyectos en familia (de todo ello os daremos cumplida cuenta). También de dudas, porque mucha gente se ha alejado de nosotros en estos dos últimos años. De celebración, ya que alguno hasta hemos superado el medio siglo en estos meses. Y por supuesto, de una intensa sensación de "todo está ya dicho tras todos estos años". ¿Valía la pena seguir compartiendo? ¿Acaso no es insistir e insistir, cuando los mensajes ya están ahí, las cartas sobre la mesa, y nos toca jugar a cada uno de nosotros la partida? ¿De qué vale seguir con la "matraca", si sólo depende de cada uno la toma de decisiones? Porque lo de ese mundo diferente para vivir, va de eso: de decisiones. Por eso ese pensamiento y esa conversación de si continuar o no escribiendo, nos rondó varias veces estos meses. Pero también nos dimos cuenta de que cuando nos tomamos un café con un amigo, no dejamos de tomarnos otro a la semana siguiente, aunque pudiéramos repetir la misma conversación. Nos tomamos ese segundo café o todos los que haga falta porque nos queremos, porque estamos a gusto, y porque nos encanta fortalecer nuestra relación. Porque hacen falta empujoncitos en esta vida. Empujoncitos de belleza ante un recuerdo compartido. Empujoncitos de ilusión. Empujoncitos de motivación para afrontar lo que pueda avecinarse. Empujoncitos de paciencia. De lo que haga falta.

Cuando Marina le preguntó a nuestra amiga si estábamos bien, sentimos intensamente la responsabilidad que todos tenemos respecto a todos. A veces para ser el empujoncito que otros necesitan. A veces para tener la paciencia, las agallas y el equilibrio de persistir y no rendirse hasta que llegue el empujoncito de turno.


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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro de saber de vosotros

Anónimo dijo...

Hola Rafa, la verdad es que os he echado de menos, pero a veces la vida se complica y no te das cuenta.
Me alegro que hayáis retomado el blog, es muy valiente lo que hacéis y aportais abriendo vuestras puertas am mundo.
Mucha fuerza y ánimo para seguir luchando y ayudando
.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Yo tampoco os conozco. Estoy más cerca, no en Suecia. Y me alegra mucho saber que estáis ahí.

Jordi González dijo...

Compartimos sensaciones que invitan a dejar de seguir con la "matraca".
En el documental The Big Reset Movie dicen que quien ha salido de la cueva y ha sido testigo de la realidad, está obligado a volver a la cueva para compartir lo que ha visto. Tal vez éste sea un buen motivo para seguir con la "matraca".
Contento de volver a leeros. Abrazos de más de 6 segundos 🤗🤗🤗🤗🤗🤗🤗

Urumar dijo...

Me emocioné tanto cuando leí "Empujoncitos", que entré varias veces para escribir un comentario y otras tantas me salí sin haberlo hecho, por no encontrar las palabras que hubiera deseado...

aunque quizás hubiera bastado con un simple GRACIAS!!

Gracias a vosotros por los empujoncitos! Qué alegría volver a recibirlos!!

Un gran abrazo!!