
Nunca habíamos compartido lo de dar una conferencia los dos juntos. Lo hicimos este viernes en la Universidad de Málaga, ante familias de la asociación ASA. Reconozco que iba tenso y algo preocupado. Es lo que me suele pasar cuando no conozco al interlocutor y pienso que se va a aburrir o le va a parecer muy alejado o rompedor lo que vamos a compartir. Pero no. Era una charla muy poco convencional, y en pocos minutos, y tras un cuento y un juego con globos, todos estábamos hablando el mismo idioma, compartiendo las mismas inquietudes, y abriendo nuestros corazones. Lo de presentar nuestro libro era lo de menos. No deja de ser una excusa para lo fundamental: romper las barreras del miedo al ridículo o a ser diferentes, y sintonizar en nuestras búsquedas compartidas de un mundo diferente para vivir. Y lo que iba a ser una breve presentación de apenas media hora se convirtió en una bonita conversación en grupo de casi una hora y media. Al finalizar hubo cola para comprarnos libros con dedicatoria, algo también inédito y sorprendente para nosotros.
Cuando uno se arriesga, el paso del tiempo parece rejuvenecer. El corazón rebosa gratitud. Y el encuentro de almas con personas desconocidas se vuelve habitual. Menudo regalo. Como para no arriesgarse...
2 comentarios:
Me encanta, esta es mi filosofía de vida, o la que pretendo abrazar. Saludos!
Sois todo un ejemplo de como debemos afrontar ese cambio de estilo de vida que cada día se hace más necesario. Gracias por compartir vuestras experiencias y reflexiones.
Publicar un comentario