Hay gente cuya jornada gira entorno a las noticias alarmantes, al recuento de casos y víctimas, o al bulo de la semana. Los hay que viven en estado de shock permanente, víctimas de la psicosis colectiva, y espantados por el futuro que dicen que nos aguarda. También los hay que se conforman con la situación, que lo viven como un parón necesario que hasta les está viniendo bien para reorganizarse la vida. Pero no podemos olvidar a quienes le están sacando el lado positivo a toda esta situación. Gente que piensa que estamos en momentos de cambio y de salto a un nuevo paradigma en el que podremos sacar lo mejor de nosotros mismos. Éstos son los que llamamos nosotros "unos motivados de la vida".
Miguel es uno de ellos. Es campeón de España de disfrute en pista cubierta. Así es como se autodefine él. Un auténtico "disfrutón" con avaricia. Y la avaricia, en determinadas especialidades, debería premiarse con medalla. Ayer los siete disfrutamos de una larga y mágica tarde con él desde el salón de casa. Con él y con los más de 350 jóvenes que asistían a su taller por videoconferencia sobre "Espiritualidad para el día a día". ¡Menudo tostón!, pensará alguno. Nada más lejos de la realidad. Esos 350 chavales de todos los confines del mundo son otros "motivados de la vida", y forman parte de una inmensa y maravillosa red de voluntarios, formadores y estudiantes que, bajo la premisa de la gratuidad, apuestan por la educación emocional de jóvenes extraordinarios para los tiempos que corren. ¿Puede haber un reto más maravilloso? Poner buenos cimientos en el interior de los jóvenes que van a construir ese nuevo mundo que nos aguarda. La Akademia, se llama ese gran proyecto global. Una idea de otros "motivados" que está llamada a revolucionar el mundo, unida a las de otros muchos.
Reto scout de las hijas y perros de Miguel y Lola |
A Miguel y a su mujer, Lola, los conocemos desde hace más de 20 años. Pero nunca dejan de sorprendernos, porque la gente "motivada" resulta maravillosamente imprevisible. Hoy lo han vuelto a hacer junto a sus cuatro preciosas hijas en un reto de sus Scouts para imitar cuadro famosos. Y no es sólo pasión de amigos: bastaba ver las caras de nuestros hijos, de Erick, de Jacopo y de los otros jóvenes asistentes al taller para darse cuenta que estaban dando en el clavo al abordar el propósito de la vida. Y su dinámica, trabajada y compartida en casa, guiará a más de uno en los pasos decisivos que nos aguardan.
La espiritualidad, para Miguel y para muchos, no es sinónimo de ascetismo, de espiritismo o de religión, entendida como conjunto de normas a cumplir, que es lo que hace que muchos jóvenes huyan despavoridos cuando se escucha esa palabra. Va de ENTUSIASMO. Y "entusiasmo" viene del griego "en theos", o lo que lo mismo: "con Dios dentro". Y gente entusiasmada, gente con ganas de comerse el mundo, es lo que necesitamos. Haya o no coronavirus. Estemos confinados o dando saltos en la playa. Es momento de vivir la vida con pasión para darse a los demás. Aferrarse a las palabras mágicas que nos hacen crecer espiritualmente y conectarnos con nuestro ser esencial, huyendo como de la "peste" de las palabras e ideas que nos hunden. Por eso, la dinámica que vivimos en familia ayer gracias al vídeo-taller de Miguel para la Akademia fue tan especial. Porque nos conecta con nuestra esencia, seas un adulto cercano a los 50 como Mey o yo, o seas una adolescente de 14 como Eva.
Erick y sus arepas |
Pizza-Day |
Pero en casa también podemos ser unos activistas del entusiasmo, unos verdaderos "motivados de la vida". Y en estas largas jornadas sin salir de casa, da tiempo para todo. Da tiempo de hacer "piña" en el teletrabajo con compañeros de otros departamentos, provincias o incluso países. Da tiempo de retomar aquel hobby de juventud, aquellos ratos de buena lectura o esas tardes maravillosas frente a un juego de mesa en familia. Esos momentos por fin están aquí. Nosotros, en casa, hemos retomado tras varios lustros nuestra pasión por los bailes de salón, y cerramos cada jornada con una buena sesión de tango o de rock-and-roll. También nos hemos aficionado al Chi Kung y hacemos nuestros pinitos de Yoga. Los chavales se afanan en sus entrenamientos de workout cada tarde. Y de vez en cuando organizamos torneos de ping-pong sobre la mesa del comedor con raquetas de juguete. Sin olvidar las mini-jornadas gastronómicas con platos italianos, costarricenses o españoles, como las arepas de Erick o el pizza-day de Jacopo del otro día, en el horno de leña que siempre nos daba pereza encender. Hemos instaurado nuestras sesiones de cine y series, y nuestros "ratitos" diarios de "This is Us" con los "niños", culminados en maravillosas sobremesas de reflexión y aprendizaje para la vida sobre la relación entre padres e hijos.
Aniversario de boda 2020 |
Hemos tenido hasta un almuerzo de gala, de corbata y pantuflas, para celebrar nuestro aniversario de boda. Y de vez en cuando, como ayer con la sesión de Miguel, tenemos alguna dinámica motivadora para que se mantenga alta la vibración de la "tropa". Hace unos días les organizamos a los cinco una "búsqueda del tesoro" que les ha llevado tres días culminar, donde la reflexión sobre el momento que estamos viviendo era el hilo conductor. Así, las pistas tenían que ver con los sitios u objetos de esta etapa tan anómala: la ventana donde nos congregamos para el aplauso diario; la aspiradora que usamos por turnos para la limpieza de los viernes; el mando de la tele que compartimos; el horno que multiplica su trabajo; las pesas en las que se afanan a diario; el espacio para la meditación...Por supuesto, el tesoro final no era un objeto material que hubiera que encontrar, sino conseguir desvelar un preciado mensaje vital: que el verdadero premio de la vida no habita en otro sitio más que en nuestro interior.
Pistas (búsqueda del tesoro) |
Vivimos tiempos muy raros, es cierto. Pero hay cosas que dependen de nosotros. Las más importantes, sin duda. Y ahí conviene no dejarse llevar por tanto ruido ni tanta psicosis. Es momento de elegir. Quizás este Domingo de Resurrección sea una buena oportunidad para dar el salto a un "Ser" nuevo. Nosotros elegimos sin dudarlo el entusiasmo activo, buscando esa parte divina que todos llevamos dentro. Esa que a nuestros hijos siempre les llevó a tacharnos de "motivados de la vida" cuando les proponíamos algo poco habitual, y a la que ellos también parecen querer engancharse ahora. No se nos ocurre mejor legado para ellos.
NOTA: Os compartimos el balance económico de algunos de los proyectos solidarios que impulsamos gracias a los granitos de arena de muchos de vosotr@s, así como las distintas vías que empleamos para ello (por si algun@ se anima a unirse ;) )
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