martes, 9 de septiembre de 2014

Preadolescencia

Educar es, sin duda, la responsabilidad más dura a la que nos hemos enfrentado. No hay reto ni meta que se le compare. Nosotros, con nuestros 3 hijos, llenos de energía, bien lo sabemos. No se trata de "enseñar", sino de "acompañar" con una mochila muy ligera en la que nuestro único peso es ese plus de experiencia que podamos tener. Y hay muchos momento de alegría, satisfacción por los logros y disfrute compartido. Pero también hay momentos de dudas, zozobra y sensación de vértigo.

En la actual preadolescencia de nuestros dos hijos mayores hay ahora bastantes de éstos últimos. Momentos en los que la presión del grupo tiende a anular o eclipsar sus dones y talentos. Momentos en los que la frontera entre el mundo infantil y el de los adultos se diluye y se convierte en explosiva. Momentos en los que el cruce de caminos les obliga a optar o por una vida llena de búsqueda, superación alegre de obstáculos y aprendizaje continuo, o por una vida de mimetizaje con la masa. Momentos en los que apetece abandonarlo todo y rendirse... 

Esos momentos, para los hijos y también para los padres, son más que duros... y me temo que inevitables. Forman parte de la evolución humana, en la que nos toca decidir el camino a seguir como adultos. Lágrimas, a veces gritos, de vez en cuando portazos, malas caras, hormonas descontroladas....Mejor eso que adultos frustrados, zombies urbanos, y borregos adiestrados....¡Es lo que toca! ¡Y no cabe la rendición! Hay que estar ahí y acompañar, acompañar y acompañar. Hablar, hablar y hablar... A veces, llevando su mochila...pero muy poco rato, porque ya sabemos que nuestra obligación de padres no es protegerlos, sino ayudarles a volar. Dudando a veces si vale la pena enviarlos al colegio o instituto de turno, o si sería más fácil educarlos en casa por libre, para no estar en permanente contra-programación. Dudando en si quizás lo que más les formaría ahora sería viajar, simplemente viajar y conocer mundo...

En esas estamos. Buscando momentos mágicos donde la fina lluvia de nuestra experiencia pueda calar en sus corazones. No para condicionarles, sino para animarles a remontar el río turbulento de las modas, del consumismo, de la mediocridad, y del borreguismo imperante... 

Ahí va un regalo del rap final de la película "Verbo", todo un poema urbano que ojalá se convierta en hoja de ruta para mis hijos, y que junto a "La vida secreta de Walter Mitty", nos ha propiciado últimamente alguno de esos momentos mágicos en los que nos "arremolinamos" en el sofá y hablamos de opciones de vida, de encrucijadas de caminos, de ilusiones y sueños rotos, de frustraciones y de luchas internas.

VERBO

"Al principio fue la palabra 
esa energía que guía tu voz si hablas,
igual que un arma que se activa entre tus labios 
alejándote del lodo y de ese ahogo solitario. 
Somos puzzles incompletos 
esqueletos vagando histéricos 
mientras nuestro silencio se expande y hiere 
Así el aspecto muere triste y famélico 
viendo que nada cambia 
que la rabia duerme tras la tráquea, 
siempre anclada en ese miedo que provoca arcadas 
Pensando tanto, diciendo nada 
Sintiendo cada mirada minada por la costumbre 
Seca con la escasez por la sed de deseos que no se cumplen 
Abre tu conciencia y mira en las paredes 
Dirán que puedes ser tu mismo, sin fijarte en otro seres 
Y ser viento entre desiertos de cemento 
Sabiendo que quien te rodea ya no te moldea 
Haciendo que todos crean cuando vean que luchas por lo que quieres 
Tú dices, tu haces, tu creces, tu sientes porque eres.....verbo 

La prueba de que existes con un grito eterno, 
la voz que nace y te hace atravesar el tiempo, 
la esencia que te diferencia y te hace brillar, 
el arma que une metas y recuerdos , verbo 
Demasiado cielo para tan pocas alas, 
demasiado tiempo a solas, 
demasiadas balas para esquivarlas todas, 
demasiada oscuridad para moverte. 
Demasiada vida, para echarla a suertes con la muerte. 
Por eso actúa y convierte en cierto lo imposible 
Te atan a acontecimientos pero el pensamiento es libre
Capaz de liquidar al lado oscuro que te absorbe, 
ese enorme ser deforme que habita entre el caos y el orden, 
que marchita tu interior y lo revuelve, 
entre marmitas de sigilos donde sentimientos hierven.
No más silencio si nos queman, 
no mas ojos hacia el suelo que envenenan, 
no mas penas de aguas negras en tu venas que ciegan cada mañana.
Tú hablas, tu buscas,tu amas,tu ganas, porque tu te llamas.....verbo 

Sé tu el cambio que quieres ver en el mundo. 
Sé ese rayo que cayo y que retumbó en lo mas profundo 
Juntos tú y tu voz como una luz incandescente. 
Juntos tu y tu voz cuando nadie te defiende. 
Cuando el resto no comprende que eres especial 
y que no caes en la espiral superficial que arrastra a otros 
¿Cuál de aquellos rostros no echara a perder su vida? 
Gírate y mira tantos se ahogan y no respiran 
oscilan en precipicios de edificios y ven 
que la inercia y el vicio les dejo tan lejos del Eden 
Pero quien tiene la formula y desata 
la trémula red de esa tarántula de la que nadie escapa 
Así que ¡saca de una vez por todas tu pasión, tu furia! 
Pasa a la acción arrinconando a la penuria 
y recuerda que cada emoción muere cuando se esconde 
Tu luchas, tu vuelas, tu sabes, tu puedes 
Tu nombre es la prueba de que existes con un grito eterno, 
la voz que nace y te hace atravesar el tiempo, 
la esencia que te diferencia y te hace brillar, 
el arma que une metas y recuerdos 
Tú tienes el mas grande poder que nos fue dado 
la palabra que libera afectos encadenados 
el don de poder ser alguien dentro de un silencio enfermo 
que te atrapa para hacer de ti su siervo.
Atrévete a cambiar
tu mundo.

7 comentarios:

  1. Querida familia:
    Éste es uno de los temas que más me preocupa. El llamado "sistema" que hace de nuestros hijos unos borregos, anulando su capacidad de ser críticos y, sobre todo, en lugar de ciudadanos prefiere consumidores. Lo peor, es que el susodicho "sistema" es todopoderoso, pues está diseñado de tal manera que por "pantalones" nuestros hijos estén sometidos a su yugo desde su nacimiento.
    Convencida además de que el "sistema educativo" es , además de la televisión, el mayor responsable de encauzar sus vidas hacia esa mediocridad, me informé en su día acerca de la posibilidad de educar a mi hija en casa. Tenía entendido que en otros países era una opción y que el único requisito era acreditar una formación superior y algún título que acreditara la capacidad docente. Luego, a final de cada etapa educativa, los niños deben examinarse, a fin de que el "sistema educativo" pueda comprobar que el niño "progresa adecuadamente". Es curioso como en aquellos países donde esta práctica sí se permite, los niños obtienen mejores resultados que los "educados" en centros escolares. Pero es más, al parecer, universidades de prestigio internacional prefieren entre su alumnados a estos niños. Pero cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que en 2010, se había dictado una sentencia que considera esta práctica INCONSTITUCIONAL. Al parecer, muchos padres que reclamaban esta forma de educar se toparon con la oposición de sus respectivas comunidades autónomas, entre otras: la Junta de Andalucía. En base al derecho constitucional de cualquier niño a la educación y siendo ellas las depositarias de este derecho, consideraban que solo ellas debían velar por garantizarlo. Y, cómo no, el TC les dio la razón.
    Es pues imposible apartar a nuestros hijos del yugo, pues tienen que convivir a diario entre esa mediocridad de la que queremos apartarles. Tras cinco horas de "adoctrinamiento" en el colegio, toca reprogramar en casa. Analizar las lecturas, llamar su atención sobre aquellos mensajes inocentes, pero siempre cargados de contenido para que, poco a poco, puedan darse cuenta por ellos mismos por dónde van los tiros. Me gusta ver como su radar funciona, pues no hay semana en la que no me cuente que la Seño o algún compañero ha dicho algo de aquello que hemos hablado en casa. Su intuición le manda callar, para no señalarse, pues todos sabemos que los guardianes del sistema están ahí, vigilantes, pero solo el hecho de que lo detecte me satisface. Mi gran suerte, y por ende la suya, es que estoy ahí. Pues no olvidemos que el "sistema" preferiría que yo estuviera trabajando, alejada de ella para que las horas que me la arrebata el colegio estuviera esperándome viendo la TV... Pues no perdamos de vista que a mí también me adoctrinaron para competir en el mercado laboral, donde ser madre es complicado. Y cuando lo eres, se inicia una doble batalla: la de cumplir con tu trabajo sin desatender a tus hijos o al revés. Y al final, ¿para qué? Para que no puedas salir de la espiral del consumismo. Pues esa hija que te espera viendo la TV, recibirá mensajes alentándola a consumir más y más, deseos que como madre te verás obligada a colmar con el dinero que ganas mientras has delegado su educación a esa vorágine insaciable.
    Y no es que me haya alejado del tema, es que TODO ESTÁ RELACIONADO....

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  2. "Dudando a veces si vale la pena enviarlos al colegio o instituto de turno, o si sería más fácil educarlos en casa por libre, para no estar en permanente contra-programación. "
    Has dado en la clave correcta. Creo que por ahí pasa esa decisión. Yo me di cuenta a Dios gracias temprano cuando mis hijos tenían 4 y 8 y los retiré del sistema. Sí se puede! es informarse bien. Si bien yo soy de Argentina y la Constitución nos ampara aunque no esté específicamente reglado, en España también hay familias que lo hacen y no les ha pasado nada. Sí se puede salir del YUGO y es más, creo que es nuestra RESPONSABILIDAD. No se puede esperar que las cosas cambien de arriba porque eso SÍ es una utopía.
    Y de última, pueden optar por como hice yo, inscribirlos en la West River academy donde acá ya hay familias que están revalidando el título asique es otra opción. A no desesperar, somos responsables de nuestros hijos, de su bienestar y de patear nosotros el tablero porque nadie más lo hará por nosotros. Fuerza!!

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  3. Muchísimas gracias por tus reflexiones, Paula. Nos hemos puesto en contacto con la West River Academy, para explorar posibilidades, y hemos hecho un vistazo a vuestra web y tiene muy buena pinta. ¡Menudo lleváis avanzado!
    No obstante, te soy sincero: tenemos varios amigos que han optado por esa posibilidad de educar en casa, hemos contactado con gente del enntorno de escuelas Waldorf y Montessori, y nuestra preocupación no es tanto la posible convalidación de estudios, como el cierto aislamiento social que tienen los niños, al no entrar en las dinámicas habituales del resto de niños (salvo que le generes una sobrecarga de actividades extraescolares por las tardes). Al menos aquí en España. En el caso de nuestros amigos, sus hijos tienen esa dificultad para encontrar entornos donde socializarse, y a veces los niños expresan sentirse un poco solos. Aparte, tenemos dudas de cómo conectarían posteriormente con el mundo laboral "normalizado" (aunque tampoco nos preocupa esto último mucho, la verdad). No sé, quizás puedas orientarnos tú un poco, en base a la experiencia con otros niños mayores que los tuyos...
    Un abrazo

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  4. Lo de la cuestión laboral podría rebatirtelo de inmediato pero a Dios gracias veo que no te preocupa demasiado. Hoy por hoy nada es seguro y en las estadísticas de desempeño laboral de otros países con más tiempo ejerciendo homeschooling, de niños educados en el hogar son mil veces mejores que aquellos que han ido a la escuela.
    Ahora, en lo social, sí es cierto que depende mucho de qué entendemos por socializar y a qué edad desescolarizas. Depende mucho de los niños o adolescentes, si son terriblemente sociales en el sentido de no poder estar sin un día de contacto con amigos, o si más bien son niños o jóvenes que no necesitan todo el tiempo estar con otros pares.
    De hecho en nuestra realidad de adultos no estamos todos los días 4 horas o más con nuestros amigos, contamos con momentos, días, espacios para socializar en ese sentido y al menos yo no me siento sola.
    Creo que en este tema también va mucho de lo que nos impone la propia sociedad, de lo que nos muestra como "normal" o "saludable" en contraposición con lo que realmente termina siendo.
    Cuando alguien es sociable lo es siempre, y el que no puede estar rodeado de gente y amigos todo el día que se sentirá desbordado y con necesidad de tiempo para sí. Uff que no me quiero extender mucho porque es un tema para hablar largo y tendido. Creo que lo resumiría apelando a tu artículo mismo: qué mides tú y tu familia como lo más importante y sopesar pros y contras y si los niños son más grandecitos, incluirlos en las decisiones, no?

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  5. Muchas gracias, Paula. La verdad es que para nosotros cada vez es más importante la parte de emociones y energía en la formación de nuestros hijos. Pero dicen que en la parte d einteligencia, cada vez tiene más peso el componente social (http://www.tendencias21.net/La-inteligencia-es-basicamente-social-segun-un-estudio_a36038.html), de ahí que sea una cuestión sensible, porque es cierto que nuestro hijos son extremadamente sociales. Un abrazo

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  6. Pues yo me muestro siempre demasiado reticente a aceptar este tipo de información como fiable, no obstante acatando lo que dice entonces: "Esto es consistente con la idea de que la inteligencia depende en gran medida de las habilidades sociales y emocionales, y deberíamos pensar en la inteligencia de una manera integrada en lugar de hacer una clara distinción entre la cognición y la emoción y la transformación social. Esto tiene sentido porque nuestras vidas son fundamentalmente sociales: dirigimos la mayor parte de nuestros esfuerzos a entender a los demás y resolver los conflictos sociales. Y nuestro estudio sugiere que la arquitectura de la inteligencia en el cerebro puede ser fundamentalmente social, también." el colegio NO tendría pero nada que ver en esto, naceríamos básicamente con la capacidad innata de socializar, algo con lo que concuerdo.
    Insisto, acá los que deberían decidir entonces si quieren o no ir al cole como única fuente de socialización, serían tus hijos. Pero pregunto, y el día entonces que se les termine el cole? dónde socializarán?
    Ya digo, que da para mucho.

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  7. Muchísimas gracias por tus comentarios y visión, Paula.
    Un abrazo

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