A veces nos es fácil llevarse bien con la familia. Y los amigos de verdad suelen estar fuera de ella. Mi primo y su mujer son una excepción. Los consideramos de nuestro círculo más íntimo. Y probablemente, si nos pasara algo a mi mujer y a mí, serían de los pocos a los que confiaría la custodia de mis hijos sin pestañear. No hay mucha gente de la que pueda decir eso, la verdad.
Precisamente por esa cercanía, me he decidido a dar el paso de contar su historia de los últimos meses. A pesar de su vocación por crear una familia y tener hijos, hace 2-3 años, a ella le diagnosticaron una grave enfermedad, por la que entró en el hospital con un dolor en el vientre y salió con un riñón menos y muchas manchas en el pulmón y otros órganos. Muchas visitas médicas.
Este fin de semana hemos estado en Sevilla con ellos. Con ellos y con su bebé. Mis niños no se querían despegar de ella. Sí, porque las lágrimas les dieron claridad en la visión. Y no estaban dispuestos a renunciar a su enorme vocación como pareja. Se pusieron en marcha. Y tras tantear muchas opciones, optaron por la maternidad subrogada. Por ella, una chica iba a albergar durante 9 meses el embrión de su futuro bebé a miles de kilómetros. Y acaban de aterrizar.
No conocía mucho de esta opción, pero la cercanía con ellos me ha hecho descubrir una realidad desconcertante: esa opción no está contemplada en la legislación española, y en los últimos meses ha habido titubeos legales y judiciales para impedir incluso la inscripción de esos niños como hijos de sus padres, aunque la gestación y el proceso jurídico se desarrolle en otros países. Y a eso se une el rechazo de la Iglesia e incluso la perplejidad del mundillo de las "constelaciones familiares"...Y qué decir del poder del "qué dirán", que aquí en España, pesa muchísimo. Está claro: si no pasas por la cigüeña, no eres padre ni para "Papá Estado" ni para "Mamá Iglesia"... ¡Y a ver qué dicen los vecinos! ¡Es imprescindible seguir el protocolo oficial! Y no exagero: mi primo se está encontrando con serias dificultades para disfrutar de su permiso de paternidad: es evidente que una niña que ha venido al mundo de una forma tan poco ortodoxa, no pide comer a las 4 de la mañana, no provoca cansancio, ni necesita el amor de sus padres en los primeros meses de vida, como el resto de los bebés.
Yo, la verdad, viendo el amor que han desparramado todos estos meses para tener a ese bebé en su hogar, la de obstáculos, papeleos y dificultades que han superado, y la felicidad que tienen ahora, lo tengo cada vez más claro:
-"Una cigueña no nos hace padres". Es decir: seguir el "protocolo" habitual para engendrar a un niño, no nos hace padres (¡cuántos hijos engendrados de forma "normal" viven en familias que no lo son, y sin embargo están revestidos de todos los parabienes oficiales)
-"Se puede ser padres, sin que sea la cigüeña la que nos traiga el bebé": una verdad como una catedral, viendo el caso de mi primo y su mujer.
Casos como este, me hacen cada vez alejarme más de dogmas, gurús, doctrinas oficiales, y normas al uso. La única verdad es el AMOR. Y el mundo de las formas, o del procedimiento que se siga, es una auténtica mentira. ¡Y cuánta importancia le damos, desgraciadamente!
Durante bastante tiempo mi perfil de whatsapp tenía la frase: "No importa el QUÉ, sino el CÓMO". Muchos no la entendieron. Pero va precisamente de eso: no importa si hemos seguido o no el procedimiento habitual u oficial, o si actuamos de una u otra forma. Tan sólo importa cómo lo hagamos, y cuánto amor desparramemos por el camino.
Incluso respecto a la gestante, he descubierto una realidad alucinante. Frente a los que critican a estas "madres de alquiler que venden su maternidad por dinero", lo que hemos conocido nosotros ha sido la realidad de una chica totalmente normalizada, que ya tenía 3 hijos propios, y que en base a sus maravillosos embarazos anteriores quería ofrecer el regalo de un bebé a familias que no podían tenerlo. Hay gente con vocación hacia el prójimo que se va de misiones. Kim ha optado por dar esperanza mediante un embarazo a personas que no pueden tenerlo. Y ha desparramado todo el amor del mundo en ello. ¡Cómo lo ha ido viviendo con sus hijos este embarazo para ubicar desde el principio a esa niña en otra familia!. ¡Cómo les ha ido transmitiendo a mi primo y su mujer todos los pequeños detalles del embarazo para que lo vivieran con ella! ¡Qué dulzura en los regalos que les ha hecho tras el parto!...Pero lo más impresionante, como en las películas, suelen ser los finales. Y el momento del parto lo ha sido: tras 12 horas de dilatación, y cuando la niña estaba a punto de salir, los médicos atisbaron posibles complicaciones y aconsejaron cesárea. Hablamos de operar su cuerpo, y dejarle una cicatriz de por vida, y probablemente cerrar para siempre su potencial como madre, tras 4 embarazos. Sin embargo ella, en todo momento, sólo pensó en la niña y en sus padres. ¡E incluso pidió perdón por "haberles fallado" justo en el momento final! ¡Cuando, lógicamente, quien no sufre nada en una cesárea es la niña, y quien se queda con las secuelas de la intervención quirúrgica es la gestante.... ! Impresionante.
Lo tengo claro: AMOR, AMOR y AMOR. Ese es el único criterio...
Corren tiempos difíciles. Amar es urgente.