jueves, 25 de julio de 2013

Vivir con menos sin ser menos

Soy madre trabajadora con tres niños. Hace tres años tomamos en familia una de las más acertadas decisiones: pedirme la media jornada. Y he dicho “una de las más acertadas decisiones” porque nunca pude imaginar en su día que tomar un paso que implicaba la consiguiente reducción de sueldo y, por ende, de los ingresos familiares, iba a repercutir de una forma tan positiva en todos los ámbitos de la familia. Y el más mundano de estos ámbitos es precisamente el que hoy voy a tratar: el de la economía.
Ya he mencionado anteriormente en otros posts que me considero una “maruja” poco convencional, un híbrido entre “mamma” italiana, mi abuela “guerrera”, “hippy”-alternativa, y directora de empresa. Pero lo que menos me podía esperar es que, además, mi tiempo fuese de verdad “de oro”. Y digo esto porque algunas amigas y compañeras me advirtieron de lo duro que sería menguar sustancialmente los ingresos familiares. Sin embargo (y no sin asombro), a lo largo de estos años hemos visto que nuestro estilo de vida no sólo no ha empeorado, sino que su calidad ha mejorado sustancialmente sin que afecte a nuestro bolsillo. ¿El truco? Nada de sobres, como se estila últimamente en los contornos políticos; llana y simplemente VIVIR CON MENOS.
Me he enterado hace poco que esto tiene un nombre: “Teoría del Decrecimiento” (os aconsejo, para los que necesitéis visibilizar que otros estilos de vida son posibles, la película “Stop! Rodando el cambio” en http://youtu.be/hGqpf3RX0Ik), pero a mí los nombres no me sirven de mucho: prefiero los hechos.
Antes, normalmente, iba al supermercado una vez por semana, y la tarjeta “echaba humo” con cantidades que nunca bajaban de los 150€. Ahora, rara vez supera el 50% de dicha cantidad.. ¿Por qué? Porque, por ejemplo, no compro postres elaborados: mis hijos hacen el yogurt y yo las natillas, las galletas, los bizcochos y los helados. También hago el pan, el jabón de manos y el de lavadora (pronto conseguiré hacer champú). Para comprar la fruta y la verdura voy al mercado, y si está barata, compro de más y hago conservas. Ahora mismo, sin ir más lejos, estoy experimentando secando tomates y pimientos al sol.
Seguro que algunos, a estas alturas, dirán: “Si, hombre, pero para eso se necesita mucho tiempo...”. Ya, eso precisamente. Yo cambié parte de mi sueldo por tiempo, y le estoy sacando buen rendimiento. Estoy más tiempo con mis hijos, nos alimentamos mucho mejor, y mi calidad de vida ha mejorado muchísimo (sigo teniendo mis momentos de estrés, pero disfruto más de mi vida a mi propio ritmo...). Sin duda, creo que todos hemos salido ganando.
No quiero con este post convencer a nadie, sino simplemente mostrar que vivir con menos conscientemente es posible. Esta sociedad en la que estamos nos persuade de que vivimos en la era de lo instantáneo porque “el tiempo es oro”, pero es ese “oro” que tanto perseguimos el que nos hace, a la larga, perder nuestro tiempo.

13 comentarios:

  1. Me siento muy indentificada. Para que te des una idea yo saquè a mis hijos del colegio el año pasado y hasta febrero de este año trabajè como docente. El tema es que ademàs de querer pasar màs tiempo con mis hijos y cuidarlos yo con una simple suma y resta me di cuenta que la mitad de mi sueldo se iba en pagarle a alguien para que me los cuidara cuando iba a trabajar. Nunca fuimos una familia pudiente, de hecho nos cuesta ahorrar, màs ahora por como està la economìa en Argentina, pero nunca nos interesò anteponer el dinero y "bienestar" a la calidad de vida emocional. Tambièn solemos muchas veces hacer nuestras propias comidas como el pan y las galletas o las pizzas en vez de pedirlas por delivery. Ahora tambièn estamos averiguando para hacer leches vegetales, màs sanas que las vacunas (que ademàs acà ahora sì cuesta oro! jajaja) Ademàs asì y todo jamás nos ha faltado nada y la vida se encarga de darte lo demás por añadidura como por ejemplo a principios de año un familiar nos ofreció la estadia en la Patagonia por una semana en un tiempo compartido que no usaría y pues ahí fuimos, ahorramos lo que pudimos en mes y medio y nos fuimos en auto muy frugalmente. Nos dio risa porque era hospedaje 5 estrellas pero nuestro presupuesto era sumamente ajustado pero lo disfrutamos igual, en familia, todos juntos y eso es lo que agradezco ahora de esta decisión, el poder ver crecer a mis hijos y conmigo y verlos felices y hacer cosas juntos. Me ha tocado trabajar cuando la mayor tenia año y medio 12 o 13 hs y nada, que duré menos de dos meses porque a pesar de la necesidad económica no queria irme mientras ella dormía y llegar cuando estaba ya dormida también.
    Perdón por la extensión pero me has tocado justo un tema que me hace sentir muchas veces a contrapelo de los que me rodean, tan preocupados por cosas tan mundanas que nadie puede llevarse a la tumba y ahí van por la vida solo quejándose, cansados y con pésimas relaciones en general.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  2. Muy identificado y cercano a este estilo de vida perseguimos en nuestro pequeño pero para nosotros gran hogar. Estoy harto de tener sin utilizar, huyo del tener por ser barato y quiero seguir convencido que si tengo lo comparto. Asi que compartimos la idea y apoyamos el seguir viviendo por el 'no es mas feliz el que mas tiene sino el que menos necesita'.

    ResponderEliminar
  3. Me encanta saber que somos muchos los que estamos en esta línea, aún a miles de kilómetros de distancia.
    Tenemos la suerte que aquí tenemos amigos que están en la misma línea y nos ayudamos unos a otros en la búsqueda de un mundo mejor, más humano y más ecológico...
    Estoy convencida de que juntos, no importa donde estemos, lo lograremos.
    Un abrazo muy fuerte

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Verdades como puños. ¡Un beso, prima!

    ResponderEliminar
  6. Totalmente identificado con este post. Ganar tiempo al tiempo... Qué maravilla!!

    ResponderEliminar
  7. Se suele decir que la necesidad, agudiza el ingenio.
    Comparto contigo esa forma de organización, y también que se puede ser feliz viviendo con mucho menos de lo que mucha gente piensa.
    Aun me hace gracia ver las caras de la gente si digo que mi hija pequeña comía comida casera, hecha por mi, en lugar de potitos (que son mucho más rápidos) o cuando se enteran, que a pesar de ser tantos en casa, pierdo el tiempo en lavar pañales de tela o hacer magdalenas con mis hijas.

    A veces, querer es poder :)

    ResponderEliminar
  8. Me identifico bastante, no tanto por hacerme yo las cosas, aún no he llegado a esas habilidades... pero si a ganar tiempo para que mis compras sean más responsables, aunque eso signifique ir varias veces andando a por lo que necesito, y no en el coche y cargar con lo que no necesito. Selecciono mejor lo que consumo, y me alimento mejor. Contamino menos, hago más ejercicio y favorezco el comercio local. A comprar al peso y evitar envases y ahorrar dinero.
    A revisar el armario y mezclar ropa o hacer trueque, sin necesidad de pasar horas en un centro comercial encerrada.
    Ah y yo también lavo compresas de tela, y hasta me he preparado las mías propias ...
    Hay muchas maneras de vivir, cada vez somos más. Yo también conozco cada vez a más gente que "decrece"
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  9. Fantástico. Mi enhorabuena, porque demostráis con vuestro ejemplo que la calidad de vida no siempre está vinculada al dinero, como nos han hecho creer, y que con creatividad se pueden conseguir grandes cosas. Gracias.

    ResponderEliminar
  10. Llevo una hora leyendo vuestro blog. Y me encanta haberos encontrado. Soy mayor que vosotros, pero tomé la misma decisión de cuidar y criar a mis 3 hijas y renunciar a un sueldo. En los años 80-90, eso no lo entendían mis amigos: estaba desaprovechando mi carrera universitaria y me decían que me arrepentiría algún día. No entendían tampoco cómo podíamos vivir con un solo sueldo. He estado casi 30 años de mi vida teniendo que dar explicaciones de mi decisión y eso me ha resultado muy frustrante. Me he sentido incomprendida y en cierto modo rechazada. Sin embargo, ahora que soy más mayor, 57 años, al fin me siento segura de que mi decisión fue la más acertada. Y aún he tenido tiempo de emprender un negocio a partir de un hobby. Es decir, que nunca es tarde para cambiar el rumbo de la vida una vez las hijas son adultas e independientes. Aún así, ¡me habría encantado haber encontrado alguien como vosotros en aquellos tiempos! Todo habría sido más fácil.

    ResponderEliminar
  11. ¡Qué bello comentario, AAGlez!
    Con comentarios así nos sentimos respaldados en los pasos que cada vez más, damos en la dirección que apuntas...Ahora somos los dos miembros de la pareja los que trabajamos en reducción de jornada...Teóricamente tenemos menos ingresos, pero en la práctica, nos sentimos mucho más dueños de nuestras vidas, disfrutando más, y sin que el consumo, el dinero o el prestigio socio-laboral dirija nuestros pasos. ¿Que hemos cerrado puertas a posibilidades laborales increíbles? Sin duda. Pero al final de nuestros días, no nos van a recordar nuestros clientes, accionistas, o usuarios. Nos van a recordar los que nos quieren y nos tuvieron cerca. Así que este camino, creemos que no tiene marcha atrás.
    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  12. Hola.

    ¿Nos recomiendas alguna página con recetas para hacer jabón de manos y conservas?
    ¿Tienes alguna entrada en la que das tus propias recetas?

    Déjanos saber.

    Gracias por compartir

    ResponderEliminar
  13. Hola Flora:

    Por ahora no hemos publicado recetas, aunque viendo la demanda y las peticiones, quizás nos lo tengamos que plantear (jajaja). Hay dos páginas que nos gustan especialmente para lo que planteas:
    http://www.creativegan.net/
    http://ecocosas.com/

    Cinco fuertes y sentidos abrazos

    Familia de 3 hijos

    ResponderEliminar

No dejes de aportar, por favor, aunque sea una palabra.