Ayer escuché con estupefacción cómo el Presidente del Gobierno de mi país, sintiéndose respaldado por millones de votos, anunciaba una serie de gravísimas decisiones. Con ello contradecía radicalmente lo prometido, anunciado y reiterado hasta la saciedad durante meses, antes de llegar al poder. Fue la misma jugada que ya había hecho el Presidente anterior un 10 de mayo, que supuso el principio de su fin. Lo que más me llama la atención en ambos casos no es la enorme incoherencia, o la sensación de estafa, fraude o abierta mentira que tal actitud supone. Sino el hecho de que se amparen bajo el paraguas del gran oráculo del siglo XXI: "las CIRCUNSTANCIAS" (¡oh, oh...!)
Ya en posts anteriores, mi mujer y yo insistíamos en la importancia de distinguir entre Ideología y Principios, o entre Democracia y Libertad, confusiones éstas que tanto interesan a quienes tratan de mover nuestros hilos a su antojo. Y también en su día dábamos una importancia crucial a los Principios en estos tiempos que corren, al ser los que nos permiten unirnos como sociedad convirtiéndose en verdaderos antídotos frente al "divide y vencerás" que tratan de trasladarnos. Con razón me resulta tan repulsiva la tranquilidad con la que se escupe sobre esos Principios (no castigar a los más débiles, no subir impuestos, etc) alegando "cambio de circunstancias". ¿Quizás hubo un exceso de ligereza, ausencia de previsión o exceso de confianza en los super-poderes de "héroe universal" que uno adquiere al acceder a la Moncloa?¿Quizás es que se "juraron y perjuraron" dichos principios, hoy pisoteados, con afán electoralista? ¿O fue quizás que la cobardía, la conveniencia o la vanidad, ganaron la partida a la conciencia a la hora de hacer lo correcto, como ya decíamos en otro post?
Nuestra Constitución (que, por cierto, los que nos dirigen se pasan por el "forro" cuando se les antoja) en su artículo 14 establece que "todos somos iguales ante la ley". Y por ello entiendo que ese sagrado principio de "puedo cambiar de criterio en base a las circunstancias", se nos aplica al resto de los españoles, y no sólo al super-héroe Rajoy o Zapatero de turno. Si ellos pueden desdecirse de forma tan flagrante y bochornosa, ¿qué nos impide hacer lo mismo a nosotros? Es decir, si en 6 meses se es capaz de romper de forma tan palpable el contrato electoral con los millones de votos que te auparon, ¿con qué cara exiges que esos millones de votos sigan respaldandote 3 años y medio más en ese contrato que tú has hecho "añicos"?. Creo no equivocarme si afirmo que alguno que otro ciudadano de esos 10 millones de votos siente que "las circunstancias han cambiado" respecto a cuando introdujo su voto en las urnas, y que cambia su criterio dadas las "circunstancias". Incluso entiendo que miles y miles de personas, a pesar del teórico Contrato Social que existe, se vean amparados para iniciar una desobediencia civil masiva, ante el "cambio de circunstancias" que se viene produciendo y el exceso de leyes injustas que se nos amontonan. ¿Con qué cara se pretende criminalizar a los que protesten, alzan la voz, o practican cualquier tipo de insumisión en las circunstancias actuales? ¡Politicucho de turno! ¿Es que no te das cuenta que las "circunstancias" han cambiado?
Precisamente hoy ya he tenido una discusión sobre este tema con un individuo que justificaba los engaños u omisión de información del Gobierno puesto que, si hubieran anticipado lo que pretendían hacer, no habrían ganado las elecciones, y esto hubiera sido aún por para el país, pues las reformas no se hubieran acometido y bla, bla, bla. Según esta persona, que me imagino representa un sector importante de opinión de nuestra sociedad, presuponer ética en los políticos revela nuestra ingenuidad, así como entender que los seres humanos tienen derechos más importantes que el peso del déficit o los beneficios de las empresas. también me dice que "contrato social", "condiciones laborales dignas" o "derechos" son anacronismos insostenibles, puesto que la realidad ha cambiado sin que nos demos cuenta y no nos queda otra que asimilarlo y ajo y agua. Creo que hay un sector que está convencido de que no hay nada más allá que el dominio de los mercados, ni valores, ni principios, ní ideologías. Posturas demasiado irreconciliables.
ResponderEliminarcuanta razón, creo que los políticos hace rato que dejaron de hacer lo correcto seducidos por la prostitución de ideas, el sistema representativo está en crisis
ResponderEliminarAndrea Fabra, la diputada del PP, lo ha anunciado a bombo y platillo: ha comenzado la lucha de clases. Los bancos (y sus lacayos del PPSOE) contra los ciudadanos. Es la hora de los valientes y los responsables. De los que luchan por el futuro de sus hijos, de su comunidad y su país frente a la mafia bancaria y los traidores políticos. Nosotros nos estamos organizando a conciencia. Formando un grupo lo más grande posible que pueda luchar, ayudarse y comunicar de forma efectiva. El objetivo es claro: derrocar al tirano PPSOE e instaurar una democracia real donde los ciudadanos tomemos las decisiones y los funcionarios políticos las implementen. Además mucha gente tiene que ir a juicio por los crímenes financieros quese han perpetrado.
ResponderEliminarApreciación muy inteligente... Jajajaja Por mis cojones que estos se van a enterar de quienes somos y de dónde reside la soberanía POPULAR. Jajajajajajajaja
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