No hace mucho leí una frase que desde entonces no para de rondarme en la cabeza: "El miedo es el gran enemigo de la libertad". Hasta entonces no se me había ocurrido ligar esos dos conceptos: Miedo y Libertad. Pero desde entonces cada vez me siento más identificado con esa afirmación.
Es cierto que cada vez que se quiere manejar a la masa o condicionar comportamientos, el recurso al miedo resulta muy útil:
-Que quieres que tu niño coma: cuidado que viene el coco.
-De joven, "miedo al qué dirán" según lo que lleves puesto o lo que hagas.
-De adulto, trabaja, a ver si no vas a poder pagar la hipoteca y te vas a quedar en la calle.
-Que temes perder unas elecciones: haz que cunda el miedo a las apocalípticas consecuencias de que ganase tu contrincante.
-Que tú, Gobierno, quieres distraer a la opinión pública por algunas "meteduras de pata": señala a un enemigo exterior al que temer.
-Que tú, religión de turno, quieres uniformar y controlar comportamientos: anuncia el fuego eterno y la ausencia de reencarnación.
-Que tú, multinacional farmacéutica, necesitas vender más. Magnifica algún brote de la enfermedad a tratar y que cunda el pánico. Funcionó con la Gripe A. Funcionará con el ébola. El miedo causa amnesia colectiva.
Casi se está volviendo en una obsesión en mí, ya que en muchas de las conversaciones que escucho en mi día a día percibo que la energía que subyace es de miedo: al "qué dirán", a "no llegar a fin de mes", al futuro para nuestros hijos, a perder el trabajo, a la próxima reforma del gobierno, a la prima de riesgo o al hundimiento de la banca, a una pandemia, al inmigrante que nos invade, a pederastas que amenazan a nuestros hijos, a lo que puede pasar si saco a mi hijo del sistema educativo o si no lo vacuno...
Por suerte, cada vez suena más fuerte en mi cabeza ese "niiiiiiinoooo, niiiiiiiinoooo". Esa alerta anti-miedo, que me avisa de una posible amenaza sobre mi libertad.
Cuidado. Sirve lo mismo para un roto, que para un descosido. El miedo funciona. Pero la libertad interna también, incluso si nos encierran en una mazmorra.
Gracias, Rafa, por tan valiosas reflexiones, como siempre.
ResponderEliminarSobre la relación entre miedo y libertad, como conceptos, o estados de conciencia antagónicos, escribió el gran pensador alemán Erich Fromm hace varias décadas. Se trata del libro 'El miedo a la libertad'. Lo tengo, si quieres te lo dejo.
Mientras tanto, acabo de encontrar este weblog que trata sobre el contenido de este libro genial.
http://laluzdelalibertad.blogspot.com.es/
Un abrazo, que estéis bien, hasta pronto.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLLevas razón en el contexto en general; pero respecto a la frase sobre miedo y libertad, discrepo: creo que precisamente el ser humano (y por extensión a todas la especies), ha evolucionado de la mano del miedo. Éste es necesario para la supervivencia. Lo que no quita que haya que utilizar la valentía para superar el miedo, y vencer obstáculos... el valiente, no es que no tenga miedo, es que tiene miedo,pero es valiente precisamente porque se enfrenta a él con respeto. El insensato hace frente sin respeto y puede ser fatal. Por ello, siempre evolucionan y sobreviven los fuertes e inteligentes.
ResponderEliminarBuen post.
Saludos cordiales from Spain.
Me ha dado que pensar. Frente al miedo siempre procuro hacer lo que creo que debo: reflexionar y buscar las armas para dejarlo atrás. Cuando se consigue, te sientes libre, creces, maduras y haces que éste no te frene en el camino que te hayas marcado.
ResponderEliminarRafa él: gracias por tu comentario y por su sensatez. Yo también coincido en que el miedo es consustancial al ser humano. No es ni bueno, ni malo. Es simplemente. Pero según lo utilicen otros, puede convertirse en una gran arma contra nuestra libertad. A veces incluso nosotros mismos nos encerramos en miedos, que no son reales, sino contagiados en esta sociedad en la que vivimos, y nos encarcelamos sin darnos cuenta. Es en ese aspecto en el que quería centrar la atención en nuestro post.
ResponderEliminarPor otras parte, no acabo de estar de acuerdo en tu última frase sobre que siempre evolucionan y sobreviven los fuertes e inteligentes. Esa afirmación, muy extendida, parte de una interpretación inadecuada de la teoría de Darwin sobre la evolución de las especies. Y cada vez son más los que aclaran que la clave está en la colaboración: http://enpositivo.com/2013/05/cooperacion-humana/
Un saludo
Muchas gracias por responder, amigo. Entendí perfectamente lo que pretendías (o pretendíais), sólo que tal vez no me supe explicar; y tal vez lleves razón sobre la teoría de Darwin. Lo que no supe explicar, era que esto ocurre en todo el reino animal (lo de la supervivencia del más fuerte...), y claro está, el hombre, pese a pertenecer a ese mismo reino, es un punto y aparte debido a su condición de racional. Ahí, como muy bien dices, cabe la cooperación para la supervivencia de nuestra especie.
ResponderEliminarUn cordial saludo para los cinco de la familia.