Hace unos días, mi hija pequeña tuvo una reacción que nos lleva rondando la cabeza a mi mujer y a mí toda la semana. Sus hermanos le habían cogido un pequeño transistor de juguete con el que ella pasa las horas bailando y cantando, y lo habían roto a base de experimentos de "alta electrónica". Su abuelo había intentado arreglárselo, pero sólo pudo declarar la defunción del aparato. Como se trataba de uno de sus juguetes favoritos, y ante su desánimo por la pérdida, le dijimos que le habíamos escrito a los Reyes Magos, y que le habíamos pedido un transistor idéntico al haber estropeado sus hermanos el que tenía. Su reacción nos dejó atónitos: casi llorando nos reprochó haberle comunicado eso a los Reyes de Oriente, ya que si los Reyes se enteraban de la "trastada" de sus hermanos, los Reyes quizás no les traerían regalos a ellos...Pura magia de una niña de 7 años, que se olvida de la pérdida de su juguete favorito, para centrarse en las consecuencia para los demás. Se me hizo un nudo la garganta al escuchar sus palabras...
La magia no está en los Reyes Magos o en Papá Noel...O en una estrella fugaz de Oriente...La magia está en nuestra capacidad de transformar la realidad que nos rodea a base de la energía que emana de nuestro corazón...De no dejarnos contagiar por el desánimo o por el pesimismo, y entregar a este mundo lo mejor que llevamos dentro de nosotros...De olvidarnos de nuestro ego, nuestro confort y nuestras posesiones, y sentirnos UNO con todo lo que nos rodea...Y conectándonos con esa magia, no hay nada ni nadie que pueda pararnos...Como mi hija me ha enseñado esta semana...
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