miércoles, 20 de junio de 2012

¿Subirnos a la mesa?

En casa estamos en etapa de pre-adolescencia con nuestros dos hijos mayores. Por ello, este fin de semana quisimos ver con ellos una película para reflexionar juntos aspectos como el "borreguismo", el cuestionamiento de lo establecido, la presión de los que nos rodean, la rebeldía... Ha conseguido su objetivo en casa. Y vista de nuevo tras tantos años, "El club de los poetas muertos" me ha hecho ver su plena actualidad en estos tiempos que corren.
En general me parece un alegato maravilloso hacia el libre-pensamiento, el ahondar en nuestro ser interior, y el huir de lo establecido, de lo políticamente correcto y de las normas que nos convierten en seres grises y alejados de una esencia divina que nos hace únicos.
Pero especialmente me parece apoteósica la escena final: en ella, el señor Keating, profesor de literatura acusado injustamente de haber incitado al suicidio a un alumno, recoge sus cosas tras ser expulsado del colegio, mientras se lee en voz alta cómo encasillar lo encasillable: la poesía. El director, tan sólo obsesionado con las normas, la tradición y la corrección oficial, usa la disciplina con los alumnos, tratando de reconducirlos a un redil puesto en entredicho por el expulsado. Algunos de los alumnos, ante la flagrante injusticia que ellos mismos, por acción u omisión, han cometido con Keating, quien había despertado en ellos su verdadera esencia, se suben a sus mesas. El gesto, bajo el famoso grito de "¡Oh, mi capitán, mi capitán!", es no sólo un reconocimiento a su ex-profesor, sino todo un símbolo de la necesidad de ver las cosas desde otra perspectiva.
No puedo de dejar de ver en ese perverso director a tantos y tantos que dicen que  alzar la voz contra las injusticias es de delincuentes y terroristas; a tantos que tratan de crearnos miedos con la excusa del euro, de la prima de riesgo o de Irán; a quienes nos imponen un modelo que prioriza los intereses de los bancos y las corporaciones sobre los de millones de personas en la pobreza o el desahucio; el de quienes creen que SU verdad nos salvará a todos....Y no puedo dejar de ver en Keating al símbolo de nuestro YO más auténtico: aquél en mayúsculas, que se olvida de esclavitudes por hipotecas,  propiedades o estatus; aquel que se arriesga por cambiar las cosas frente al "status quo"; aquel que nos anima a despertar de nuestro sueño de irrealidades, de dualidades ideológicas y de falsos enfrentamientos.
Las preguntas de mis hijos al acabar la película fueron antológicas, y las escribo aquí por si alguien se anima a responderselas en su caso:
-"Papá: si el profesor era bueno, ¿por qué le acaban echando del colegio y debe irse?"
."¿Por qué hay alumnos en esa clase que se quedan sentados y no se levantan?"-
-"¿No van a hacer una segunda parte de la película, para que TODA la historia acabe bien?"

Estoy convencido que está en nuestra mano hacer esa "segunda parte" de la historia. Con nuestras vidas.




5 comentarios:

  1. Hola, yo creo que tal y como están las cosas hay que discutir con los muchachos como subirse a la mesa y como saltar después de la mejor manera posible :)
    Ahora sobre como actuamos los adultos no hay otra que organizarse para sacar al PPSOE del poder y abrir proceso constituyente.
    Yo abogo por democracia directa, fuera monaquía, total independencia del poder judicial, comisión de la VERDAD y juicio a los culpables de la crisis, impuestos a transacciones de capitales, eliminación del banco central, prohibición de instrumentos finacieros como los CDO y CDS, salida de la OTAN, política internacional independiente de USA y UE, economía basada en recursos no en crecimiento infinito. Sólo por decir alguno de los temas que todo el mundo discute ahora mismo.

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  2. Lo que propones, Toni, es importante batallarlo en este despertar colectivo que es tan necesario. Pero tanto o más que esas propuestas "macro", en mi opinión, es la adopción de decisiones "micro". Y esas dependen de cada uno de nosotros. Si no, se evidenciará que tenemos los representantes y las políticas que nos merecemos:
    http://familiade3hijos.blogspot.com.es/2012/05/mucho-macro-pero-y-lo-micro.html

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  3. "Fui a los bosques porque quería vivir a conciencia, quería vivir a fondo y extraer todo el meollo a la vida, y dejar a un lado todo lo que no fuese vida, para no descubrir en el momento de mi muerte, que no había vivido."

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  4. La segunda parte de esta maravillosa película no existe pero puedo recomendaros otra que puede servir como segunda parte. Se titula LA OLA.
    Ya me contaréis.
    Qué buena idea ver cine en familia, buscar interrogantes, buscar soluciones personales, asumir pensamientos propios. Feliz verano, familia.
    Cristóbal

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  5. -"Papá: si el profesor era bueno, ¿por qué le acaban echando del colegio y debe irse?"
    Cada persona tiene su propio concepto del bien y del mal. El profesor defiende la forma de vida que cree mejor y el director aquella que le han dicho que es la correcta. Para ambos, el equivocado es el otro. La diferencia está en que el profesor se cuestiona las normas y el director no. Ambos eligen libremente: el profesor elige ser libre y el director elige lo que cree que debe elegir porque lo han educado para aceptar esas reglas.
    Cuestionar las normas que rigen una sociedad, supone para muchos de sus individuos una sacudida mental difícil de aceptar. Los cambios dan miedo y las costumbres se enquistan con el paso del tiempo. Existe la creencia de que cuando algo funciona bien, no se debe cambiar. Sin embargo puede que lo que funciona bien para ti, para mí no sirva.
    Piensa en los humanos como si fueran ordenadores. Unos tienen como único software un procesador de textos, otros un programa de diseño gráfico y otros un navegador de internet. Todos funcionan igual y tienen las mismas piezas pero cada uno de ellos hace cosas distintas y para cada uno de ellos lo que hacen los demás es extraño y no lo entienden.
    Por eso, lo mejor es que en tu ordenador tengas software de distinto tipo para cada una de tus necesidades. Así podrás comprender mejor a los demás ordenadores.
    Te recomiendo la lectura de: “Juan Salvador Gaviota” de Richard Bach. Quizás así lo entiendas mejor.
    -"¿Por qué hay alumnos en esa clase que se quedan sentados y no se levantan?"
    Ves como los cambios son difíciles.
    ¿Nunca te has preguntado por qué para ir al colegio vais siempre por el mismo camino?
    ¿Qué pensarías si un día ni el autobús que viene a buscarte, ni el conductor son los de siempre, y además te llevan por un camino diferente al habitual?
    Puede que dijeras: ¡Qué guay, al menos hoy hemos variado un poco! Pero puede que alguno de tus compañeros pensara: ¿Qué está pasando aquí, a dónde nos lleva este tipo?
    -"¿No van a hacer una segunda parte de la película, para que TODA la historia acabe bien?"
    Hace más de 2000 años hubo un joven que dijo: “no echéis perlas a los cerdos”. El señor Keating era como una semilla. Las semillas para que germinen deben encontrar las condiciones adecuadas: el tipo de tierra, el grado de humedad, la cantidad de sol, todo condiciona que el árbol brote. Cuando esto ocurre, ese árbol generará nuevas semillas que crearán más árboles que a su vez generarán más semillas. Así, una pequeña simiente, puede generar un bosque de “poetas”.
    ¿No conoces a ningún señor o señora Keating?
    Pues yo creo que tienes un par de ellos muy cerca, aprovecha que han brotado en tu jardín.

    Un saludo.

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